Las malas hierbas nunca mueren, y vaya que crecen en un sinfín de lugares, a simple vista, entre la maleza, en cunetas y hasta donde menos os lo esperéis. Sin embargo, lejos de lo que su nombre pueda indicaros, algunas de estas son muy útiles. Una de esas curiosidades que os pueden ser útiles. Por eso, aquí os contaré sobre 5 plantas de acera que nunca imaginarías que son comestibles. ¿Os animáis a probarlas?

1.- Colleja

O «Silene vulgaris», es una maleza que solía crecer alrededor de parcelas ya cultivadas. De hecho, era bastante difícil para los productores deshacerse de ella. Podéis toparos con ella en campos de cereales e incluso en viñedos y, por su puesto, al margen de la carretera.

En este sentido, esta planta también os brinda un gran historial de consumo en España, donde era muy conocida y utilizada en la cocina. Hoy en día también podéis verla en algunos platillos, como las tortillas, las ensaladas o hervidas, como otras verduras.

Lo que tenéis que hacer es recoger sus pequeñas hojas antes de que florezcan. Estas se parecen mucho a las espinacas, pero realmente no pintan nada con las mismas.

2.- Acelga silvestre

Seguramente ya conocéis las acelgas cultivadas, y no hay duda de que ya las habéis probado alguna vez. Pero, en el caso de la acelga silvestre, o «Beta vulgaris», es que es una planta que os aportará una gran cantidad de vitaminas y un alto contenido de minerales.

Además, presenta un plus y es que es una especie vegetal que no contiene los residuos químicos comunes en la especie cultivada. 

Son típicas de los caminos, o lugares donde posea cierto grado de fertilidad. Por otra parte, su color es verde como la espinaca, su sabor es prácticamente el mismo que su homóloga cultivada y, en la cocina, la podéis utilizar de igual manera. 

3.- Ortiga

La ortiga, o «Urtica dioica», fácilmente puede ser una de esas plantas de acera que nunca imaginarías que son comestibles. Después de todo, el picor que generan sus vellosidades es más que conocido.

No obstante, la naturaleza no deja de sorprendernos, ¿ya sabéis cómo? Resulta que si sometéis a la ortiga a ciertas temperaturas (más de 60 grados) la sustancia urticante desaparece en un tris.

De esta manera, podéis incorporarla en diferentes platillos, como las tortillas o en unas riquísimas patatas. Eso sí, siempre es mejor hervirla antes y, luego, si lo deseáis, saltearla.

5.- Oruga silvestre o «Diplotaxis erucoides»

Si solo pensáis en el nombre de esta maleza, indudablemente, no estaréis muy emocionados por comeros algunas de estas.

Pese a ello, esta variedad silvestre que suele crecer en viñedos o junto a los olivos, no deja de sorprender. Y es que, resulta ser familia de las coles y de los deliciosos brócolis, incluso su hoja es muy similar en cuanto a sabor.

¿La conocéis? Es posible, ya que su flor blanca siempre logra destacar y es precisamente esta la que os maravillará al consumirla. Así, es una flor que sabe ligeramente a mostaza, perfecta para vinagretas o como aliño directo para una buena ensalada.

Otras plantas de acera que nunca imaginarías que son comestibles   

Este es un tema más que interesante y que despierta mucha curiosidad. Si ahondamos más, nunca terminaríamos. Por ello, os presento un pequeño resumen de otras plantas de acera que nunca imaginarías que son comestibles, ¡a por ellas!

• Enebro: en algún momento fue utilizado para elaborar ginebra. Hoy en día, puede servir para carnes, guisos y salsas si se trituran.
• Amapola: puede aprovecharse por completo, desde sus flores, hasta las semillas, tanto para panes como para ensaladas.
• Lechuguilla dulce: podéis consumirla sola o en ensaladas, pero únicamente las hojas que salen en su base y antes de que florezcan.
• Achicoria dulce: de esta planta os podéis comer las hojas, sobre todo en ensaladas.
• Hinojo silvestre: en pequeños trozos podéis mezclarla con pastas, legumbres u otros brotes verdes.