¿Alguna vez has oído hablar sobre el lagoftalmos nocturno? Hasta hace poco no sabía lo que significaba, hasta que leí que afecta a una de cada cinco personas en todo el mundo, lo que naturalmente llamó mi atención. En resumidas cuentas, se trata de un trastorno que impide cerrar completamente los ojos a la hora de dormir.

Esta condición se observa en gran medida en personas adultas, aunque también se registra en niños y adolescentes. En todos los casos supone una situación de cuidado, ya que puede interferir directamente con la calidad de sueño y afectar gravemente la salud ocular. El problema es que mucha gente padece de lagoftalmos, pero no lo saben.

¿Por qué se producen los lagoftalmos nocturnos?

El sistema ocular está lleno de curiosidades. Pero la imposibilidad de cerrar los ojos al dormir puede estar relacionada a algún problema subyacente, como problemas de tiroides o trastornos autoinmunes. Sin embargo, la causa más común de los lagoftalmos nocturnos radica en problemas con los nervios faciales, que actúan directamente sobre los párpados.

Estos son otros motivos frecuentes por los que una sorprendente cantidad de personas duerme con uno o ambos ojos abiertos:

• Lesiones en el rostro o en el cráneo.
• Infecciones virales o bacterianas.
• Parálisis facial (o parálisis de Bell).
• Tumores.
• Diabetes.
• Síndrome de Moebius.
• Procedimientos quirúrgicos.
• Cirugías plásticas defectuosas.
• Quemaduras químicas.
• Consumo de alcohol.
• Genética.

¿Qué efectos en la salud tiene dormir con los ojos abiertos?

Puede parecer una condición inofensiva a simple vista, pero los lagoftalmos nocturnos son motivo de preocupación. Recordemos que el parpadeo es una forma de proteger la vista del polvo u otras partículas, y además permiten lubricar los ojos para que no se sequen ni se irriten. Sin embargo, esta protección se perdería automáticamente al dormir con los ojos abiertos.

Necesitamos cerrar los ojos completamente al dormir para que estos se hidraten con capas lagrimales mientras descansamos. De lo contrario, los estímulos externos como la luz y el movimiento pueden despertarnos a mitad de la noche o impedir que el sueño sea profundo y reparador.

En los casos más graves, tener los ojos abiertos al dormir puede conducir a la aparición de úlceras, manchas o incluso cicatrices en la córnea. Y si nos proyectamos a largo plazo, este problema podría ocasionar la pérdida permanente de la visión.

¿Cómo saber si duermes con los ojos abiertos?

El método más simple para saber si duermes con los ojos abiertos es pedirle a otra persona que te observe mientras estás en brazos de Morfeo. La otra alternativa es verificar algunos indicadores al momento de despertarte, por ejemplo:

• Ojos adoloridos.
• Enrojecimiento de los ojos.
• Visión borrosa.
• Irritación de la vista.
• Ojos cansados.
• Resequedad en los ojos.
• Sensación de tener algo en los ojos.
  

Tratamiento

El tratamiento más común para los lagoftalmos nocturnos consiste en aplicar lágrimas artificiales para lubricar los ojos o ungüento para prevenir raspones. También ayuda mucho dormir con una máscara sobre los ojos o con una cinta quirúrgica para “sellar” el párpado.

No todas son malas noticias, pues gran parte de las personas que duermen con los ojos abiertos no sufren efectos secundarios graves. Lo más recomendable es consultar con tu médico si notas algunos de los signos descritos en el punto anterior.

Los casos más graves posiblemente requieran de intervenciones quirúrgicas, como la colocación de diminutas pesas que ayudan a mantener cerrado el párpado superior. Este tipo de soluciones son permanentes, por lo que deben elegirse solo cuando es estrictamente necesario.

Si eres parte del 20% de las personas que duermen con los ojos abiertos, no dudes en verificar cuál es el tratamiento más conveniente para ti, de modo que logres un descanso placentero todas las noches.