8 RAZONES PARA VISITAR GEORGIA ESTE VERANO (I)
Si hubiéramos sabido hace un año lo que tardaríamos en volver a coger un avión, no nos lo hubiésemos creído. Ahora que la posibilidad vuelve a estar sobre la mesa, te propongo un destino diferente que seguro que no te habías planteado antes: Georgia. Un país pequeño, salvaje y auténtico, con una personalidad nómada que te enamorará como lo hizo conmigo; tanto que me fui a vivir allí una temporada! Quita el polvo al globo terráqueo y busca bien, que escondido en el Cáucaso entre el Mar Negro y el Caspio encontrarás un paraíso llamado Georgia.
Historia
Dicen que quien va a Georgia acaba volviendo, y doy fe. Georgia tiene una esencia que no se puede encontrar en ningún otro lugar. Situada en un cruce de caminos en la Ruta de la Seda, el territorio ha estado habitado por persas, mongoles, y otomanos a lo largo de los siglos, lo cual ha hecho que haya desarrollado una línea temporal aparte del mundo que conocemos: no es Europa, ni Asia, ni Oriente Medio; es Georgia.
Un país al que viajar con un patrimonio inigualable. Desde tumbas milenarias hasta ciudades enteras excavadas en la roca como Vardzia, que parece sacada de un libro de Lovecraft. El reino georgiano fue entre los siglos XI y XIII el imperio más reconocido de la zona y uno de los primeros en tener reina, que no es moco de pavo! La historia reciente, sin embargo, tiene el color inconfundible de la Unión Soviética; la relación de amor-odio con Rusia ha calado fondo en su personalidad, aunque ya empiezan a mirar hacia el oeste.
Comida
Yo, que nunca he sido buen comedor, te aseguro que volví con más kilos que con los que me fui. Y es que manjares como el ‘adjaruli‘ -cazuela hecha de pan horneado con mantequilla, queso y huevo- o la ‘churchkhela‘ -dulces a base de zumo de frutas y avellanas- harán que cuando vuelvas ¡busques el restaurante georgiano más cercano! Tienes que probar el ‘kubdari‘ -pan con carne originariamente de oso-, el ‘ojakhuri‘ o cualquier otro tipo de pan ‘khachapuri‘.
El vino georgiano está ganando adeptos entre profesionales enólogos de todo el mundo por su sabor único; ya que se deja fermentar con la piel de la uva y adquiere un tono amarillento. Si encuentras, te recomiendo el Tsinandali -seco, y mi favorito- y el Alazani Valley -semi dulce-; aunque el mejor siempre será el vino casero que venden las ancianas en el mercado en botellas reutilizadas de refrescos. El mercado vinícola y el enoturismo son dos de los puntos fuertes de la ‘Marca Georgia’, ¡imagínate!
Gente
Otra de las razones por las que quien va a Georgia siempre vuelve, es la gente. Antes de ir nos advirtieron de que eran los más hospitalarios del mundo, y no es para menos. Por ejemplo el autostop es muy común y súper segur; pues sus gentes son honestas y humildes como ya quisiéramos nosotros. No es extraño que unos paisanos te ofrezcan su casa para pasar la noche -y comer y beber, muchísimo- como muestra de hospitalidad. El georgiano es abierto y afable como los mediterráneos. Y no te extrañe si unos desconocidos te invitan a beber ‘chacha’ -su vodka- o a una barbacoa: ¡el que hace un amigo en Georgia lo hace para toda la vida!
Montañas
Ubiquémonos: Georgia limita al oeste con el Mar Negro. Al sur con Turquía y Armenia. Al este con Azerbaiyán y al norte con la cordillera más alta desde aquí hasta Asia: las montañas del Cáucaso. Esta brutal pared de 5000m de altura y 2000 km de largo, hace de muro con Rusia de mar a mar y es el destino, cada vez más, de alpinistas profesionales y nómadas como tú y como yo. ¿Dónde si no se pueden encontrar picos blancos en verano a dos horas de un aeropuerto?
Es común llegar a un pueblecito de montaña, levantar la vista y ver un colosal monstruo nevado como puede ser el pico del monte Kazbek o del Shkhara. La zona más bonita es Svaneti; sede de las más altas cimas donde puedes visitar glaciares a pie o pueblecitos dignos de El señor de los Anillos como es Ushguli -mi favorito-, ¡y todo el mismo día!
Nómada incansable, amante de las mochilas de más de 40 litros. Geek de la geopolítica, las relaciones humanas y otros territorios en conflicto. Apasionado cuentacuentos, razón aquí.
[…] porque siempre encontrarás una tienda en casi cada rincón del mundo. A no ser que te vayas a acampar a las montañas del Cáucaso, […]