7 PLANES ALTERNATIVOS QUE PUEDES HACER EN ÁMSTERDAM

7 PLANES ALTERNATIVOS QUE PUEDES HACER EN ÁMSTERDAM

Ámsterdam es posiblemente la más atípica de las capitales europeas. Con agua por todas partes, sus buenas gentes que sonríen por doquier y otros de sus ‘encantos’ hacen que esta ciudad sea una maravilla para los nómadas que buscan sensaciones nuevas y diferentes. Así pues, con la experiencia de haber vivido durante un tiempo en esta singular ciudad, os traigo una serie de planes que no encontraréis en las guías turísticas ni en blogs de viajes; ya que son fruto de unos de los mejores años de mi vida y por eso están plasmados, cómo no, con mucho cariño. Coged papel y boli, ¡y a apuntar!

1- Alquilar una lancha

Los holandeses dicen que hay dos Ámsterdams; el que se vive en las calles y el que se ve desde los canales. Encontraréis empresas que por no mucho os alquilarán una pequeña barca a motor para unas 6 personas para navegar por todo Ámsterdam. ¡O lo que os dé tiempo en un par de horas! No se necesita licencia y es una experiencia inolvidable, algo que no ha hecho todo el mundo. Recomiendo encarecidamente unos minutos previos para practicar la distancia de frenado…

2- Pasear por los mercados locales

Como buenos nómadas que sois seguro que os encanta sumergiros en la vida de la gente de allá adonde vais. En Ámsterdam con sus ‘solo’ 800.000 habitantes es algo muy fácil; basta con pasearse por alguno de sus mercados como por ejemplo el Albert Cuyp Market en De Pijp (diario menos domingos) o el de Lindengracht, en el barrio ‘hipster’ de Jordaan (sábados), ambos de comestibles. Si buscáis bucear entre trastos id al NSDM Ij-Hallen: un hangar entero lleno de artilugios de segunda mano que una vez al mes hará las delicias de los buscadores de tesoros.

3- Hacer una barbacoa en Vondelpark

Planes alternativos Amsterdam - Vondelpark
Vondelpark

En los Países Bajos al primer día de buen tiempo del año le llaman ‘Rokjesdag’ (‘El día de las faldas’). Y no es para menos, ¡los holandeses son como caracoles cuando termina la lluvia! No es nada raro ver a montones de gente -no necesariamente joven- en los parques; pues es casi tradición que en días así compren una parrilla de usar y tirar y se vayan a comer unas salchichas al césped. Para unirse a tal celebración basta con acercarse a Vondelpark -el más bonito- o Westerpark, por nombrar algunos de los treinta parques que hay en Ámsterdam.

4- Conocer la ciudad con free tours

Una de las mejores maneras de conocer una ciudad nueva es con un free tour. Es una forma barata, auténtica y cercana de saber más del lugar. De hecho los ‘guías’ suelen vivir allí mismo así que pueden responder cualquier duda. En Ámsterdam, por supuesto, los hay para todos los gustos: de la II Guerra Mundial, del distrito judío, del Barrio Rojo… Y de hecho os recomiendo este último; y no por el morbo, sino porque saldréis con un concepto mucho más rico de lo que significa el Barrio Rojo y quiénes son sus protagonistas.

Barrio Rojo - Ámsterdam
Barrio Rojo

5- Disfrutar del terraceo holandés

El corto verano noreuropeo tiene que aprovecharse al máximo. Una buena manera de hacerlo puede ser tomándonos una cerveza artesana en alguno de mis bares con terraza favoritos de Ámsterdam. Al Hannekes Boom le tengo mucho cariño; medio bar medio muelle, un sitio muy auténtico y céntrico pero donde no encontraréis casi turistas. La terraza en el tejado del NEMO, el museo de la ciencia con forma de barco, les encantará a los más pequeños. Por último, al atardecer, en la orilla norte del río Ij encontraréis De CeuvelPllek; construido con contenedores industriales y con su propia playa.

6- Pedalear hasta los molinos

Un amsterdamés de bien nunca cogería el transporte público para menos de 10km. ¡Así que vosotros tampoco! Sólo debéis cruzar con el ferry (gratuito) a Amsterdam Noord -sí, el otro lado del río también es Ámsterdam- y pedalear hasta Zaanse Schans uno de los paisajes más holandeses que veréis en vuestra vida: campos verdes con vacas, pequeños canales y riachuelos, y molinos de madera muy fotogénicos. La bici la podéis alquilar, ¡pero casi os saldrá más barato comprar una de segunda mano y revenderla!

Zaanse Schans

7- Vivir la noche como los holandeses

El día perfecto tiene que terminar con una buena cerveza. ¡Y no será por opciones en Ámsterdam! Lo podéis hacer entre cáscaras de cacahuete -literalmente- en Bierfabriek. También en el estrambótico Bloemenbar en Spui. O en el Hole in the wall con música en directo en Leidseplein, la ‘zona de salir’. Si se os va de las manos la noche siempre podéis decir que acabasteis entre altares; y no será mentira si vais a Paradiso, una iglesia del siglo XIX ahora hecha discoteca.

BONUS: Visitar los campos de tulipanes

Escucharéis que el mejor sitio para verlos es en Keukenhof, el jardín botánico de los tulipanes. Pero lo cierto es que podéis ir en tren en dirección a La Haya -la bici se paga por separado al billete- y a medio camino empezaréis a ver parches de colores donde parece que se cultiven los arcoíris: son los verdaderos campos de tulipanes. Podéis bajaros entre Haarlem y Leiden y disfrutar de varios kilómetros de pueblecitos y campos coloridos que encontraréis sin dificultad.

Ámsterdam se ganó a pulso un trocito en mi corazón. Así que espero que con esta pequeña guía podáis experimentar algo del encanto que tiene esta urbe mágica que no deja indiferente a nadie. Si conocéis otro plan diferente para hacer en la ciudad o tenéis alguna pregunta; ¡compartidlo en los comentarios!