6 FORMAS DE EVITAR ESTAFAS CUANDO VIAJAMOS
No hay nada como ir de viaje. Visitar nuevos lugares, conocer nuevas caras, escuchar nuevos idiomas… Viajar es coleccionar recuerdos para guardarlos y recuperarlos cuando nos sentimos nostálgicos; o también para contar a los nuestros al llegar. Lo que todos tenemos claro es que sólo queremos guardar, recordar, contar, las buenas experiencias, no las malas.
Este artículo y el de ‘5 consejos para evitar que nos roben cuando estamos de viaje’, son reflexiones aprendidas desde la experiencia nómada de un servidor durante sus viajes para evitar disgustos. Esta vez mirando dónde ponemos el dinero; ya que una cosa es el hurto en sí, y la otra -que tiene más delito- el dejarnos embaucar.
Como dice mi madre, aprende de los errores de los demás para no cometerlos todos tú. Hazle caso, por favor, y apunta estos consejos para evitar ser estafado durante tus vacaciones. ¡Que si no dirá que no os enseño nada!
1- La información es poder
Si has leído el artículo sobre cómo evitar robos, este axioma te sonará. Dicen que el saber no ocupa lugar; y por supuesto conocer algunos detalles sobre tu destino no está de más, por no decir que es casi obligatorio. Es muy útil saber cuánto te va a costar algo tan básico como una botella de agua, una cena o el souvenir de turno. Con la información de antemano ya puedes ir por el mundo; pues podrán intentarlo, pero como el nómada instruido que ya eres no te dejarás engañar.
2- No te sientes sin preguntar
Literalmente. Especialmente en países de Latinoamérica y Europa del Este, no te sientes en ningún sitio libre sin antes saber cuánto te va a costar el peluquero, el desayuno o el trayecto en taxi. De verdad, he visto alemanes pagando 150€ por un corte de pelo y pensar que es normal… No cuesta nada preguntar o incluso pactar el precio por anticipado; que una cosa es que quieran estafarte, y la otra que no tengan palabra de honor.
En el taxi puedes mirar la ruta por Google Maps mientras conduce y vigilar que el taxímetro esté a cero y sin extras (maletas inexistentes, etc). Pero si no te fías lo mejor es pedirlo por una aplicación, ahí sí que no hay confusión y hasta querrás dejarles propina.
3- Con el dinero no se juega
Incluso sin tener en cuenta los hurtos, la cantidad de dinero que se roba estafando es tan grande como para que en muchos países sea un negocio en sí mismo. Una vez en Ucrania intenté sacar dinero de un cajero y había un cartelito con una foto que advertía “si la ranura no se parece a esta, no pongas la tarjeta”. Tuve que buscar otro, claro.
Sólo confía tu dinero a sitios oficiales: para conseguir moneda local siempre en establecimientos de cambio, nunca a individuos de dudosa legalidad que se te aparecen de la nada; nunca pagues por adelantado e intenta siempre dar la cantidad justa. No sobra tampoco conocer de memoria el tipo de cambio de la divisa local. Si sabes al dedillo cuánto tienen que devolverte no tienes ni que sacar el móvil para calcularlo.
4- La autoridad ‘competente’
La policía en estos casos puede ser tu mejor aliado o tu peor pesadilla; ya que en algunos lugares no cumplen con todas las… características, de un buen agente del orden. Si un policía de paisano te pide la documentación, no se la des hasta que muestre su número y placa, pues podría no ser un policía. Algunos, los más expertos, pueden incluso vestir con uniforme, pero eso ya sí que es un delito grave.
En la carretera, si un agente te exige pagar una multa por una supuesta infracción, nunca pagues, pues podría considerarse soborno y te aseguro que no quieres acabar en una cárcel búlgara. Mantente en tus trece y ofrécele ir a la comisaría para arreglarlo. Con el debido conocimiento, puedes pillar antes a un corrupto que a un cojo.
5- Otras estafas conocidas
Internet es muy grande, y allí puedes encontrar miles de estafas tan creativas que harían aplaudir a Risto. Ahí van algunas historias para no dormir: en Armenia, por ejemplo, si un chico acaba de conocer a una chica a través de una app de citas, es común que la invite a una copa, pero cuando él vuelva del aseo ella se habrá esfumado y ahora la copa valdrá más de lo que el chico puede pagar.
Si eres un buen samaritano y quieres ayudar al del coche averiado, nunca dejes las llaves puestas al salir del coche, y si quieres dar chucherías a todos los niños que vienen a pedirte a la vez, controla tus ángulos, pues podría ser un estrategia de despiste.
6- Be water
De todos los consejos que te puedo dar, el mejor es éste: cuando viajes, disfrázate, sé el agua de Bruce Lee. Camúflate entre los lugareños lo mejor que puedas y dejarás de ser un blanco para estafadores. Si puedes, viste y habla como ellos para pasar desapercibido. ¡Lo que oyes! Cuando me mudé a Georgia lo primero que hice fue aprender algunas de sus palabras; un día en el mercado hicimos el experimento de pedir un precio en inglés y en georgiano por separado: adivina cuál salió más barato.
De viaje, si hacemos el esfuerzo extra para aprender cuatro palabras en el idioma local evitaremos estafas de este tipo; aparte de integrarnos más y mejor. Be water, my friend!
¿Has tenido alguna experiencia similar que pueda ayudarnos? ¿Conoces alguna otra estafa viajera y cómo evitarla?
Nómada incansable, amante de las mochilas de más de 40 litros. Geek de la geopolítica, las relaciones humanas y otros territorios en conflicto. Apasionado cuentacuentos, razón aquí.
[…] las tardes los mismos habitantes de esta pequeña gran ciudad que es Pristina, pide un taxi –mejor siempre pactando precios con antelación– y acércate al parque Germia, donde tú y los tuyos podréis pegaros un buen chapuzón en su […]