
6 CAMINATAS EN ANDORRA PARA TODA LA FAMILIA
Andorra es para mucho/as el destino por excelencia de compras, deportes de invierno y turismo de relax, pero la verdad es que en un país donde el 90% del territorio es naturaleza, es una lástima quedarse sólo con las tiendas y los balnearios.
Si tenéis pensado ir a Andorra dentro de poco pero queréis escapar del gentío de la avenida Meritxell, y a la vez descubrir lo que este pequeño gran país tiene para ofrecer fuera de carreteras y calles, este es el artículo que andabais buscando. Aquí tenéis las mejores rutas a pie para hacer en Andorra para todas las edades.
· Estany d’Engolasters

Este lago artificial está a 15 minutos de Andorra la Vella y es una de las rutas más fáciles y con vistas más hermosas que hay en Andorra. Fue creado para abastecer a las poblaciones de Encamp y Engolasters, así como su central hidroeléctrica, una de las principales fuentes de energía del Principado. El sendero serpentea la ladera de la montaña durante un par de kilómetros, a nuestra derecha disfrutaremos de unas vistas magníficas de todo el valle del río Valira y las montañas de la pared opuesta. Tras cruzar un par de túneles y algún que otro cobijo, llegaremos al bosque que rodea el lago, y si vais en pleno invierno y tenéis suerte, chavales y mayores disfrutaréis con los pequeños icebergs y las caprichosas formas del hielo que cubre la superficie.
Época: todo el año.
· Toll Bullidor
Quizás estas palabras no os digan nada, pero el ‘Charco Hirviendo’ es en realidad una cascada a la que se llega mediante un estrecho sendero por el bosque, es especialmente bonito en otoño, con los colores ocre y amarillo de las hojas que cubren el suelo. Muy cerca está el Santuario de Meritxell (patrona del Principado), muy interesante para visitar pues su arquitectura moderna, diseñada por Ricardo Bofill, recuerda más a un centro de convenciones que a un monasterio. El camino, sin embargo, es más de estilo rústico. Así, con esta caminata podremos experimentar de forma muy accesible lo que es el bajo bosque andorrano, ¡y con suerte quizás ver algún rebeco!
Época: todo el año (precaución en invierno).
· Vall d’Incles
Este valle glaciar situado justo antes del pueblo de Soldeu es uno de mis lugares favoritos, voy siempre que subo a Andorra, ¡os dejará la memoria del teléfono llena! Se puede andar por la parte central del valle y volver por el camino que sigue la falda de la montaña, aunque personalmente os recomiendo la pista principal. Pasaremos cerca de algunas de las casitas o ‘bordes’ típicas del pirineo andorrano, cruzaremos el riachuelo helado y descansaremos en uno de los bancos con vistas privilegiadas del monte Juclar, los valles de Incles y el del Valira: de postal. Al final del recorrido hay dos caminos con bastante desnivel, uno a la izquierda y otro a la derecha, con los cuales no nos llevará más de una hora llegar a sendos refugios –Refugio del Juclar y Refugio de la Cabana Sorda– donde podéis pasar la noche si os atrevéis.
Época: todo el año (hasta los refugios: de mayo a octubre).
· Pic Maià
Si seguimos por la misma carretera el punto más alto lo encontraremos en el Port d’Envalira, un lugar que ya de por sí merece una parada. Es una de las carreteras europeas más altas (2409m) y es la frontera natural con Francia. Dejamos el coche al lado del hotel, y después de calzarnos unas buenas botas, nos disponemos sin miedo a subir al Pic Maià, a 2600m. Es una ruta algo tediosa pero con recompensa, ya que veremos la cima en todo momento pero tendremos que hacer las conocidas ‘eses’ para llegar a él sin destrozar músculos y tobillos. Sin embargo, las vistas ininterrumpidas de los picos más altos de Andorra y parte de Francia premian el esfuerzo.
Época: todo el año (si no hay mucha nieve).
· Etang de la Font-Negre
Una vez salvado el puerto de Envalira llegamos al último reducto de Andorra: el Pas de la Casa. Es famoso por ser uno de los pueblos más altos de Europa (2080m), superado por poco por Ushguli, del que ya hablamos en el artículo sobre la exótica Georgia. El pequeño enclave fronterizo de ‘el Pas’ tiene un poco de todo, pero es muy conocido entre franceses y españoles por su vida nocturna y por tener unas pistas de esquí excelentes a pie de calle. Si las bordeamos por la parte más oriental -dándonos la vuelta a menudo para ver el pueblecito desde las alturas-, llegaremos en unos 20 minutos al pequeño lago de ‘les Abelletes’ o ‘Etang de la Font-Negre’, y es que tiene dos nombres porque está tanto en Francia como en Andorra: tras muchas disputas diplomáticas durante años, se decidió pasar la frontera por en medio, dejando una mitad en cada país. Un paseo que hará las delicias de los más pequeños.
Época: todo el año (si no hay mucha nieve)
· Lagos de Tristaina

Las lagunas alpinas de Tristaina son uno de los spots más fotografiados por los instagramers que visitan el Principado, pues el contraste de sus aguas turquesas con los grandes picos de su alrededor hace que parezca que más que en Andorra estemos en Suiza. Es una ruta exigente para algunos pero con una recompensa brutal; he visto a niños y niñas subir sin esfuerzo pero también a adultos como yo sufriendo, sea como sea, todos con una cara de felicidad que se ve poco hoy en día. Se llega aparcando en el último parking de la estación de Ordino-Arcalís, desde allí, en menos de un par de horas y pasando por la famosa O de una de sus pistas, llegaremos a los tres lagos que la originalidad ha hecho que se llamen ‘Primer Lago’, ‘Lago de En Medio’ y ‘Lago de Más Arriba’, en su traducción.
Época: de mayo a octubre (en invierno posible con raquetas).
Esperamos que esta pequeña guía de senderismo os ayude a encontrar a vuestro nómada interior y que descubráis las joyas que este pequeño país en los Pirineos os ofrece.
¡Nos encantaría que nos contarais vuestra experiencia al volver!
Nómada incansable, amante de las mochilas de más de 40 litros. Geek de la geopolítica, las relaciones humanas y otros territorios en conflicto. Apasionado cuentacuentos, razón aquí.