Si estás leyendo esto es que te encanta viajar, para qué engañarnos. Somos viajer@s natos y como buenos nómadas llevamos encima todo lo que necesitamos durante nuestras aventuras. Hay quien prefiere una buena mochila a la espalda, grande o pequeña dependiendo del destino; otros prefieren una bonita maleta con ruedas que flote por el suelo abrillantado del aeropuerto.

Para el propósito de este artículo nos decidiremos por una u otra pensando en un viaje de menos de una semana, y que no sea a un refugio de los Pirineos. ¿Cuál es más cool? ¿Cuál es más práctica?

¡Que empiece la batalla!

Las mochilas

Personalmente, no hay nada como sentir el peso de una mochila sobre mis hombros, es algo casi nostálgico que aunque no esté viajando, me recuerda a las botas llenas de barro, a destinos exóticos y buenos momentos en general. Veamos qué ventajas y desventajas tienen las mochilas a la espalda:

Ventajas

Para mí, la principal razón para llevar mochila es tener las manos libres, soy de los que cuando no hace fotos, está buscando algo en el móvil o la mejor ruta en el mapa (de papel, siempre). Con el equipaje a la espalda no hay terreno que se te resista: suelo mojado, grava, escaleras… La mochila no conoce desniveles ni superficies difíciles, todo lo que necesitas son tus gemelos y omoplatos.

Hablando de omoplatos, la espalda es la parte del cuerpo que soporta más peso -si no pregúnta a los militares de cualquier país- así pues, ya que lo que llevas se almacena en vertical, se puede cargar mucho más peso que en una maleta arrastrada, además es más cómodo que tirar de un bulto. 

Desventajas

Cargar mucho peso puede ser algo bueno si eres leñador o nadadora profesional, en caso contrario puede ser un engorro y un peligro para tu salud ya que llevar más peso del que deberías puede perjudicar tu columna: si no eres sherpa se recomienda un máximo del 15% de tu peso corporal. Lo peor es cuando hay que dejarla en el suelo para coger algo y volver a ponérsela: la poca accesibilidad se paga con tirones de hombro.

Escoger una mochila no es fácil, hay mil tipos para mil situaciones: de viaje, de montaña, urbanas, tubulares, tácticas, grandes o pequeñas, impermeables o no. Deberemos hacer una investigación más a fondo para escoger una mochila, acertando con el propósito de nuestro viaje y sus necesidades.

Las maletas

Entre los mejores inventos de la humanidad se cuenta, por supuesto, la rueda. Y es que por algo ha sido usada durante miles y miles de años para transportar bienes de un lado a otro de este mundo. Hagamos el favor y honremos a tantas civilizaciones que apostaron por ella, dándole una oportunidad a las maletas con ruedas.

Ventajas

Las maletas están más limitadas por el espacio físico que las mochilas, ya que normalmente son de un volumen menos flexible, es decir, más rígidas. La rigidez es una de sus mejores cualidades, ya que lleno está internet de vídeos de pobres maletas golpeadas, lanzadas o -dios no lo quiera- tiradas por el suelo de la pista de camino al avión. Una buena maleta aguanta todas esas vejaciones sin pestañear.

Al ser rígidas podemos embutir en ellas docenas de camisetas y pantalones enrollados como os enseñé, sin preocuparnos de que su tamaño aumente milagrosamente.

Las ruedas son, sin embargo, la primera razón por la que las compramos. Deslizarse sin esfuerzo es el sueño de toda maleta que se precie, y así lo harán siempre que nos tengan cerca y dispongan de cuatro ruedas: en mi opinión llevar una maleta de dos ruedas es peor que no llevar nada. Esas ruedecitas nos quitarán de encima un gran peso, nunca mejor dicho, ¡hasta podemos empujarlas por delante!

Desventajas

A nosotros nos parece genial lo de embutir ropa cuál morcilla de Burgos, pero a ciertas aerolíneas no, ya que contando con que todo cabe, metemos más de lo que deberíamos: con las maletas es más fácil pasarse del límite de peso. Además, una maleta vacía ya pesa más que cualquier mochila. ¡Cuidado!

Y diréis: ‘Pero si no vamos al campo, ¿qué más da mochila o maleta?’. Amig@, eso es que nunca has tenido que arrastrar una maleta por el casco antiguo de una ciudad. Los adoquines son la peor pesadilla de vecinos y ruedas; de la misma forma lo son la gravilla, los charcos, los escalones… Puede que te lo pienses mejor la próxima vez.

Como en la vida, todo tiene dos caras: las ruedas son nuestras mejores aliadas, hasta que se rompen. Entonces no hay asa ni brazo que aguante el peso que hemos confiado a una maleta. Será momento de cargarla o comprar otra cerca: ¡toda comodidad tiene su precio!

¿Y tú, cuál eliges?