5 DESTINOS ROMÁNTICOS DIFERENTES PARA VISITAR EN PAREJA

5 DESTINOS ROMÁNTICOS DIFERENTES PARA VISITAR EN PAREJA

Este es un post dedicado a todas las parejas de nómadas que quieren escaparse unos días a un lugar encantador y diferente donde pasar tiempo solos, hacerse bonitas fotos para el recuerdo (y para dar envidia), pero sobre todo para disfrutar de una experiencia que ayude a avivar la llama de la pasión y a mantenerla encendida. Más adelante recordaremos esos atardeceres, reviviendo las fotos del viaje, y nos acordaremos de lo afortunad@s que fuimos y somos. ¿Dónde será ese lugar?

1- Praga

La capital de la República Checa, a la que muchos llaman el corazón de Europa, es una ciudad que brilla por la magia de sus atardeceres. La vidilla de esta urbe tan animada y tradicional a la vez combina bien con el relax justo antes del ocaso junto al río Vltava, ese es el momento perfecto (aunque el más concurrido) para pasear por el Karlův Most no sin pararnos a admirar las mil estatuas que coronan los balcones de este puente, al ritmo de las piezas clásicas de algún músico callejero. Es un instante que recordaréis durante mucho tiempo.

También podéis subir al castillo de Pražský Hrad para el espectáculo de luces y colores que es Praga al anochecer, un festival para los sentidos que os dejará con ganas de seguir visitando esta pequeña gran ciudad. Y ya que hablamos de amor, podéis acercaros a uno de los muros más grafiteados de Europa donde, además de cientos de alusiones a los Beatles, encontraremos las más variopintas manifestaciones de paz y amor al más estilo hippie, pero amor al fin y al cabo. Hablamos de la conocida como Lennon Wall.

2- Dubrovnik

Si tu pareja y tú sois fans de las historias de princesas y caballeros en el medievo, esta ciudad al sur de Croacia os transportará totalmente en el tiempo. Dubrovnik ha aparecido recientemente en todos los mapas gracias a la serie Juego de Tronos por ser Desembarco del Rey (King’s Landing), así que si sois de los que habéis pasado horas y horas viendo juntos la serie, os recomiendo la visita guiada extendida por los lugares más importantes en los que la serie fue rodada, incluyendo sobre todo el paseo por la parte superior de la muralla, aparte de pasear con tranquilidad por sus callecitas y plazas.

Ésta es una obra maestra de la ingeniería medieval y merece ser admirada desde todos los ángulos: por no mucho dinero podréis navegar en barco alrededor de la fortaleza de Dubrovnik, aunque si os contáis entre los nómadas más deportistas, una alternativa muy interesante es alquilar unas tablas de paddle surf o kayaksy explorar el perímetro de la muralla como si de piratas se tratara. Para terminar un día redondo, podéis subir con el teleférico -no sé por qué, pero las alturas siempre son románticas- para ver toda la ciudad amurallada a vista de pájaro, para luego tomar unas copas en la playa de Banje, con excelentes vistas a la ciudadela.

3- Venecia

Ya sabéis que nuestros artículos son diferentes, pero por muy alternativos que queramos ser, este hit de los destinos románticos no podía faltar en esta lista. Personalmente me encanta Venecia, por cliché que pueda sonar, pero es que es una ciudad (o pueblo, prácticamente) que tiene muchas caras, y os explicaré por qué. Venecia es un laberinto, como toda relación, y lo mejor es perderse en ella, disfrutar del camino y reencontrarse.

Si escogéis el tipo de viaje más típico, sólo tendréis que pasear sin alejaros del Grand Canal. Allí, y en especial en los aledaños del Ponte di Rialto, encontraréis docenas de restaurantes en los que tomar un buen risotto para cenar con vistas a las casitas flotantes al otro lado del canal: no se me ocurre nada más romántico. No me olvido de las góndolas. Éstas os costarán más que la cena –unos 120€ en hora punta (atardecer)- pero es algo que no se puede omitir, ¿quién no quiere una foto en los canales de Venecia? Sin embargo, una alternativa mucho más barata es la góndola de transporte público que os llevará, por sólo 2€, de la Basilica di Santa Maria della Salute hasta la Plaza de San Marcos. Gondolero con camisa a rayas incluído, ¡oiga!

Lo mejor de Venecia es que podemos escoger qué tipo de viaje queremos. Si escogemos un viaje más cercano y tranquilo, lejos de la muchedumbre, sólo tendremos que levantarnos pronto, saludar a los paisanos que en barca traen el género a las tiendecitas, y empezar a pasear por las calles más apartadas del canal. No os preocupéis, aunque parezca que estáis perdid@s, lo mejor será encontrarse.

4- Marrakech

Sí, amig@s, Marruecos puede ser un destino de lo más romántico. Es un lugar mucho más accesible y seguro que antes, cada año reciben miles de turistas y los marroquíes están muy acostumbrados a ver extranjeros y a tratar con ellos. Si sois cinéfilos seguro que habéis visto películas como Alejandro Magno, Babel o Aladín, y es que estos filmes reflejan muy bien -salvando las diferencias- lo románticos que son los países árabes y Marruecos en concreto.

Tomar un buen té con menta desde lo alto de una terraza, maravillándonos con el ocaso y al son del adhan desde los minaretes de Marrakech, o pasear por alguno de sus verdes parques con gatitos por doquier, es una algo tan romántico y exótico a la vez que querréis haber conocido antes. Para la experiencia romántica definitiva, os recomiendo contratar un pequeño viaje al Sáhara -de unas 2 noches- para allí dormir en una haima a la luz de las estrellas, pasear en dromedario y ver salir el sol sobre la arena naranja del desierto. Para mi, ¡más romántico aún que la góndola y los canales!

5- Brujas

Espero que estemos de acuerdo que no hay nada más romántico y afrodisíaco que el chocolate. Por eso la última ciudad que os recomiendo para vuestra escapada romántica está en Bélgica, la capital por excelencia del chocolate. Brujas (Brugge) es un pequeña población al norte de Bélgica y es su casco antiguo lo que querréis visitar especialmente si Venecia es demasiado mainstream para vosotros.

Brujas cautivará a todo amante de los canales, los tejados ocres y las casitas de madera y ladrillo seco, vamos, de los cuentos de hadas de toda la vida. Mientras probáis un buen gofre de chocolate, podréis recorrer dichos canales navegando por ellos en uno de los botes que encontraréis fácilmente, para así descubrir los detalles que a pie de calle no se pueden ver. Lo mejor, sin embargo, es olvidarnos del mapa y pasear por entre puentecitos y callejuelas de adoquines que no podrán más que recordarnos a carros tirados por caballos, el olor a piedra mojada y la magia de la Europa más añeja.