11 COSAS QUE NO PUEDEN FALTAR EN TU EQUIPAJE

11 COSAS QUE NO PUEDEN FALTAR EN TU EQUIPAJE

Uno de los libros que más me gustaron en mi adolescencia fue el de La Ley de Murphy, un compendio de declaraciones pesimístico-realistas que te ponían en tu lugar, de golpe. Su máxima era ‘todo lo que pueda salir mal, saldrá mal’; su portada, una tostada con mantequilla en el suelo. Adivinad por qué lado.

Viajar es un ensayo y error constante, no te voy a decir nada que no sepas, pero maldita sea, si alguien me hubiera ayudado a evitar tantos errores a la hora de moverme por el mundo, se lo hubiera agradecido. Este post es un intento de avisar a mi ‘yo’ del pasado y decirle todo lo que debería llevar en la maleta cuando viaje para ir lo más preparado posible. Y si no soy yo, que sea para ti.

1- Prendas impermeables o paraguas

Este invierno, en Marruecos, fuimos de excursión unos días al desierto. Obviamente no cogí paraguas (¿quién lleva paraguas al desierto?) y lo que pasó a continuación te sorprenderá: cruzamos los Atlas nevando y durante todo el día siguiente no dejó de llover. Ait Ben Haddou era uno de los lugares que quería visitar, así que no tuve más remedio que pasearme por el pueblo durante dos horas con mi chaqueta, que daba por impermeable, y mi mochila, que tampoco lo era: llevad ropa resistente al agua o, hacedme el favor, un paraguas de bolsillo. Puede arreglarte el viaje y evitarte más de un resfriado.

2- Mochila pequeña y bolsas

Cuando soltamos nuestra maleta o mochila en el alojamiento es porque nos apetece andar ligeros, pero a veces hay cosas que aún queremos llevar encima: una pequeña mochila hecha un ovillo -o ultraligera- no ocupa nada y será una buena alternativa para los momentos de paseo más despreocupados. Las bolsas de plástico de la compra las podemos usar para guardar ropa sucia, bañadores mojados, o hasta un libro para que no se arruguen sus páginas.

3- Cargador múltiple

Si eres de l@s nómadas que viajan de alojamiento barato como yo, lo normal es que encuentres pocos enchufes o éstos sean compartidos: con un cargador de varias entradas USB serás el rey o la reina de la habitación. Sirve para cargar más de un gadget al mismo tiempo, para l@s que somos de los de conectar el móvil cinco minutos con la esperanza de cargar la batería completamente. Los ladrones -los de enchufar cosas- están muy bien cotizados en el mercado del mochileo, ¡incluso harás amigos!

4- Pañuelos

Bueno. Siempre vas a necesitar pañuelos, no me hagas hablar más de la cuenta.

5- Navaja o tijeras

No es que me crea Bear Grylls, pero la experiencia ensayo-error me ha enseñado suficientes veces que debería haber traído algo que cortara, y si no preguntádselo al de 127 horas. Un pequeño cuchillo, incluso uno de esos de llavero, puede ser suficiente para cortar pan, quitar una astilla clavada o pelar fruta. Si viajamos en avión habrá que descartar la idea, pero siempre nos quedarán las llaves de casa o el carné de conducir.

6- Botiquín

Cuando viajamos, no sabemos dónde encontraremos una farmacia cerca ni qué tendrán. Tampoco podemos prever el momento en que nos encontraremos mal. No digo que te lleves el botiquín de la oficina, pero sí algunas medicinas de casa que ya conozcas en caso de emergencia, y si la cosa empeora siempre habrá que confiar nuestra salud a los profesionales del lugar y cruzar los dedos. En caso de tener que disponer de mucha cantidad, siempre hay que llevar la receta con nosotros. Entre las medicinas más codiciadas del viajero: una segunda piel para rozaduras en los pies y algo para bajar la fiebre.

7- Cuerdas, bridas o cordones

En mi mochila siempre hay cuerdas de algún tipo, ya sea para atar chaquetas a presión, para colgar las zapatillas por fuera de la mochila o para arreglar algo desenganchado, hasta para apretar una maleta que no cierra. Las bridas son mis favoritas, pero recuerda tener algo para cortarlas después. Un pequeño cordón de zapatos puede ser un gran aliado si necesitamos, por ejemplo, secar ropa al sol o enrollar prendas, hasta para hacer de cordón.

8- Champú seco, hidroalcohol y toallitas

Si eres de los que les gusta estar más que aseado/a, el champú seco es el invento del siglo para tí, nómada. Con éste podemos seguir bien guapos/as con el pelo limpio gracias a su fascinante acción a base de polvos mágicos. De las toallitas húmedas o el hidroalcohol ya ni hablamos, pues no solo puede protegerte contra el coronavirus, sino también contra otras infecciones o bacterias. Una de las cosas más importantes a la hora de viajar es la higiene, claro que sí.

9 – Frutos secos o barritas energéticas

Esto sería tanto para una dura jornada de senderismo o para toda una mañana visitando Estocolmo. Unas barritas de chocolate o maíz pueden ser el tentempié perfecto para un largo día andando por una ciudad de la que no podemos o no queremos conocer los precios, mordiscos que nos darán un poco de vitalidad y energía extra para aguantar hasta caer rendidos/as. Los frutos secos dan aún más energía y de una forma más natural, ¡y si no pregunta a tus abuelos y abuelas!

10- Crema solar

Si no te has planteado llevarte, ni que sea, una pequeña crema solar en tu viaje, es que nunca has tenido que comprar una en el último momento en, yo qué sé, Islandia. Es insólito lo cara que puede llegar a ponerse la crema solar cuando no te esperas comprarla, es como si subiera de precio delante de tus narices. Un buen protector solar evitará, entre otras cosas, que vuelvas con ese moreno gamba tan feo a la oficina.

11- Un candado

Como lo oyes. La magia de un candado puede ahorrarte un susto, tanto en el aeropuerto, en la estación, o incluso dejando tus enseres en la habitación a ojos de quien entre. No pesa nada y puede dar un punto de seguridad a tus efectos, puedes llevarlo encima (cerrando tu riñonera, por ejemplo) o barrando la puerta de la habitación, incluso hay muchos albergues que disponen de cajones con pasador de candado.

¿Y tú, qué más te llevarías, nómada?