UN PASEO POR LA TARRAGONA ROMANA, II
Si te quedaste con ganas de conocer más sobre la Tarraco romana y cómo contemplarla con tus propios ojos, estás de suerte, porque en esta segunda parte iremos más allá.
Hoy visitaremos los monumentos e hitos romanos de Tarragona que se encuentran fuera del núcleo urbano, aunque siempre accesibles.
Acueducto
No tengo ni palabras para describir nuestro acueducto romano, pero voy a intentarlo. Imagínate paseando por el bosque entre pinos y romero y de repente ver entre los árboles la roca naranja y las docenas de arcos de un colosal acueducto romano de más de 200 metros de longitud y 30 de altura, como si no hubiera estado allí durante los últimos veinte siglos.
El ‘Pont del Diable’, como lo conocemos, tenía la función de proveer de agua a Tarraco aunque no se sabe exactamente desde donde. De pequeño recuerdo ir de excursión por el bosque para merendar a sus pies. Ahora podemos llegar a él con el autobús número 54, en coche o a través de un agradable paseo desde el barrio de Sant Pere i Sant Pau.
Villa Mausoleo de Centcelles
Cerca del acueducto romano, en el municipio de Constantí, hallamos el museo-villa de Centcelles. En el antiguo Imperio Romano muchas eran las villas agrícolas que comprendían grandes extensiones de terreno, y ésta en particular es muy especial porque en algún momento del siglo IV fue reconstruida en mausoleo, donde enterraron a alguna personalidad importante. La construcción más importante del complejo es una cúpula de 13 metros de altura embellecida por mosaicos y pinturas. Una joya de la restauración del patrimonio que merece la pena visitar.
Torre dels Escipions
Nos alejamos poco a poco de la ciudad. Conduciendo por la N-340 hacia el norte -o con el bus número 12- llegaremos a una gran torre anaranjada a la vera de la carretera, es la Torre dels Escipions, erróneamente relacionada con los hermanos Escipión (fundadores de Tarraco) por las dos esculturas de alto relieve que aún pueden observarse. Era en realidad un monumento funerario, ya que en la cultura romana era muy común enterrar a los seres queridos cerca de vías de tránsito. Esta tumba llegó a tener unos 9 metros de altura, contando la punta piramidal que coronaba lo más alto de la torre.
Cantera del Mèdol
Uno de mis favoritos. Algo más adelante de la Torre dels Escipions, volvemos a adentrarnos en el bosque esta vez para descubrir de dónde sacaban tanta piedra estos romanos. En el complejo arqueológico de El Mèdol lo que aprenderemos es cómo funcionaba una cantera romana, y es ni más ni menos que una grandiosa excavación de 200 metros de largo y 40 de ancho de la que se sacó piedra durante muchos, muchos años, para construir, entre otras, Tarraco.
El punto más icónico del lugar es la aguja de piedra que descansa en pie, en el centro, como testimonio de la altura original de la fosa: 16 metros de altura. Haciendo números, te diré que se sacaron a mano unos 50.000 metros cúbicos de roca, que luego se transportarían por la Vía Augusta hasta Tarraco y otros lugares de la zona. Si os contáis entre los más observadores, podréis ver aún señales de las técnicas que utilizaban para excavar y extraer los grandes sillares de piedra de la cantera.
Villa romana de Els Munts
Como pasa siempre, en la antigua Roma también había ricos y pobres. Uno de estos personajes adinerados de Tarraco quiso construirse una gran villa cerca del mar, en lo que hoy es el municipio de Altafulla. Se conoce como Els Munts y es una de las villas más importantes de Hispania por su tamaño y el buen grado de conservación de algunas de sus estancias y mosaicos.
Paseando por el lugar nos daremos cuenta de que esta familia no reparaba en gastos, pues tenía varias zonas ajardinadas, pasillos con bellos mosaicos y dos baños termales, de los que se conserva gran parte del sistema de calefacción de agua y una sección de una gran cisterna a lo alto del promontorio. Consejo de local: acercaos a la playa de Altafulla y en las rocas veréis unas humildes ruinas, son los restos de unos baños públicos que los romanos usaban aprovechando el agua del mar.
Arc de Berà
Para terminar a lo grande y conseguir el título definitivo de Nómada Experto/a en el Imperio Romano, iremos hasta el municipio de Roda de Berà para admirar en todo su esplendor el arco de triunfo más impresionante que hayas visto de cerca. El ‘Arc de Berà’ es un arco honorífico a Augusto que se encuentra en medio de lo que era la Vía Augusta, antes de llegar a Tarraco, ahora entre los carriles de la N-340. ¡Mis padres aún recuerdan poder pasar por debajo del arco con el coche!
Sus ocho pilastras en alto relieve, sus capiteles corintios y su tamaño nos dan una idea de la intención del hito, y es que aún impresiona a cualquiera que pase por allí, casi dos mil años después.
Espero como tarraconense y amigo que este artículo te haya parecido interesante, y que te haya despertado el gusanillo de visitar mi tierra, y en concreto esta ciudad tan especial del Mediterráneo que es Tarragona. ¡Disfrútala por mí!
Nómada incansable, amante de las mochilas de más de 40 litros. Geek de la geopolítica, las relaciones humanas y otros territorios en conflicto. Apasionado cuentacuentos, razón aquí.