Las 13 playas que puedes visitar sin salir de Tarragona
Visitar Tarragona no es solo pasear sin prisa por el casco antiguo, tomar un refresco en el barrio de los pescadores o acercarse al impresionante anfiteatro romano y dejarse enamorar por el color naranja de sus piedras, es mucho más que eso.
Si ya has visitado la ciudad y te has acercado al Balcón del Mediterráneo, habrás visto que además de todas estas atracciones turísticas Tarragona también tiene playa, y no es la única, hay más de una docena de ellas. Hoy te voy a llevar por el camino histórico de 12 km (unas 4 horas) que conecta las 13 playas del término municipal de Tarragona de sur a norte, a las que puedes llegar a pie, en coche o en el transporte público de la ciudad. Ya sea verano o invierno, hay una playa para cada tipo de persona. ¿Cuál será la tuya?
· El Miracle
A los pies de la ciudad, El Miracle es una playa urbana a cinco minutos del centro y con zona para perros, parking gratuito y carril bici. Carece de chiringuitos y la arena no es la mejor, pero eso no le importa a la tortuga boba, que escoge esta playa cada verano para anidar.
· Platja dels Cossis
Siguiendo por las rocas en dirección norte encontraremos una calita diminuta de unos escasos cuatro metros en la que apenas caben un par de toallas y en la que casi nunca hay nadie, de hecho yo la descubrí no hace mucho. Esta playa que ahora se encuentra entre chalés fue parte de una villa romana en la que se encontraron varios mausoleos e inhumaciones del siglo I dC.
· L’Arrabassada
Salvando dicha urbanización y tras un paseo recién remodelado, llegaremos a la playa más californiana de la ciudad: un largo bulevar con palmeras, varios chiringuitos y más de 60 metros de ancho, hacen de ésta la playa ideal para plantar tu red de volley con tus amigos o dejar que tus hijos corran hasta que se cansen. Es tan ancha que no faltará sitio para toda tu familia, ni siquiera en el día más caluroso de verano. Sin embargo lo mejor es su arena, ¡la más fina que puedas imaginar!
· La Savinosa
Cruzamos por las rocas y junto al hospital abandonado que preside la Arrabassada y llegamos a la Savinosa, una playa con cabida para todo el mundo: medio textil medio nudista, es un rincón sin igual para pasar la tarde con tranquilidad, lejos de altavoces y muchedumbre. Eso sí, al atardecer podremos bailar al son del cantautor que toque hoy en el pequeño escenario de su único chiringuito.
· Els Capellans
Tras cruzar un bosquecillo de matorral y algunos peñascos llegamos a la encantadora Cala Romana, como la conocemos en Tarragona. Lugar ideal para un baño rápido o una merienda bajo los pinos con tus amigos, eso sí, ¡hay que llegar con tiempo!
· Platja Llarga
Como el nombre indica, con sus 4 km es la playa más larga de Tarragona, y sí, aún está dentro del término municipal. No es extraño ver velas de windsurf, pequeños veleros o SUPs en el horizonte. Es la playa de los deportes acuáticos. Si te animas a probar, agradecerás después una buena paella en uno de los restaurantes del lugar para coger fuerzas, pues la única forma de llegar hasta la siguiente cala es a pie por la arena.
Varios cámpings van apareciendo y se extienden hasta el cabo que se vislumbra donde la arena termina, un lugar mágico donde maravillarse con las puestas de sol más bonitas de Tarragona. Antes de adentrarte en el bosque date la vuelta, tendrás una de las vistas más impresionantes de la silueta de la ciudad desde el mar y las montañas de fondo.
· Cala Fonda
Sin duda mi playa favorita de Tarragona, más que del Mediterráneo parece sacada de un capítulo de Lost. A la más conocida como Waikiki sólo se puede llegar en barco o atravesando por un bosque de formas imposibles con las que el viento ha domado a los árboles, después habrá que bajar casi rapelando por la falda de la colina hasta la arena. El naturismo está permitido, ¡pero recuerda llevar buenas sandalias!
· Cala de la Roca Plana y Calabecs
Antiguo puerto romano -aún se conserva el embarcadero de piedra-, estas dos pequeñas calas están casi unidas y son perfectas para refrescarnos mientras cruzamos el Bosque de la Marquesa, que lleva su tiempo. También naturistas y difíciles de encontrar sin mapa por entre los caminos del bosque, por no mencionar que esta y la anterior carecen de equipamiento o punto de ayuda. Sigue tu instinto.
· Playa y cala de La Móra
Donde el bosque termina, empieza el barrio de La Móra y sus cámpings verticales, uno de los cuales hay que atravesar si queremos continuar por el Camí de Ronda por la costa. Tras salvar la cala de bienvenida encontraremos la verdadera playa de La Móra, atascada entre las paredes de los cerros colindantes pero totalmente en la civilización. Un buen lugar para parar a comer y descansar antes de seguir.
· Cala Jovera
Cuando tengo visitas siempre los llevo a esta cala, pues este paraje no tiene nada que envidiar a las más bellas postales de Dubrovnik o Escocia (foto de portada). La diminuta cala se encuentra en un lugar privilegiado a los pies del Castillo de Tamarit, construcción defensiva del siglo XI, y bañada por el Mediterráneo desde entonces. A cualquier hora del día este lugar deja boquiabierto a cualquiera, el único problema será encontrar el lugar perfecto desde el que sacar la foto de este lugar mágico.
· Tamarit
Justo al otro lado del castillo descansa nuestra última playa, la de Tamarit, otro ángulo interesante desde el que admirar dicha fortaleza. Una playa tranquila solo frecuentada por los clientes de los cámpings de alrededor y alguna que otra familia, niños recogiendo conchas aquí y allá.
El río Gaià es el que delimita el término municipal de la ciudad de Tarragona y donde termina nuestro recorrido. Si eres de los nómadas que ha recorrido a pie los 12 kilómetros que te separan de El Miracle, ¡enhorabuena! Desde aquí podrás volver en tren desde el adyacente pueblo de Altafulla, o bien en bus urbano desde la carretera principal.
¿Entonces, cuál es tu playa?
Nómada incansable, amante de las mochilas de más de 40 litros. Geek de la geopolítica, las relaciones humanas y otros territorios en conflicto. Apasionado cuentacuentos, razón aquí.