Bañarse en el Mar Muerto en Jordania, ¿cómo?
¿Has visto fotos de gente bañándose en el Mar Muerto y te preguntas por qué todo el mundo sale flotando? ¿Te han entrado ganas de saber qué se siente al bañarse en el mar más salado del mundo? ¿Crees que la gente no exagera al decir que es una de las experiencias más especiales de cualquier viaje y quieres probar qué se siente bañándote en el Mar Muerto? No corras tanto, porque hay varias cosas que tienes que saber antes de entrar en el agua. Coge tus chanclas, tu ducha portátil y tu peor bañador, porque hoy vas a sumergirte en los detalles sobre el Mar Muerto. Si puedes.
¿Dónde está exactamente?
Por la carretera que sale de Amán hacia el oeste solo tendremos que esperar una hora para empezar a bajar y notar cómo nuestros oídos se taponan. Pero Amán no se encontraba en una montaña a gran altura, entonces, ¿por qué este cambio de presión? Eso se debe a que estamos en realidad bajando a menor nivel que el del mar, ya que el Mar Muerto es el punto más profundo del planeta: está a -430 metros debajo del nivel del mar. Sí, yo también me sorprendí. Además, tiene una profundidad asombrosa, de más de 300 metros.
El Mar Muerto es gran parte de la frontera entre Israel y Jordania durante una longitud de 50 kilómetros. Si quieres ir al lugar de bautismo de Jesús, en el río Jordán que es afluente del Mar Muerto, deberás desviarte hacia el norte con cuidado de no acercarte demasiado a la frontera con Cisjordania: recuerda que la situación está lejos de estar solucionada.
¿Qué es en realidad el Mar Muerto?
El Mar Muerto es en realidad un grandísimo lago con un nivel de salinidad muy alto, cosa que no deja que vivan en ella organismos de ningún tipo y, por tanto, goce siempre de un color turquesa y unas aguas transparentes junto a la orilla. Para que te hagas una idea, la salinidad del Mar Mediterráneo es de 38 gramos de sal por litro de agua, la del Mar Muerto es de 230 g/L. Más adelante te daremos consejos para afrontar esta diferencia y por qué deberías considerar dichos consejos.
¿Cómo llegar a bañarse?
Al no tener arena su orilla es escarpada, no hay playas, por lo que bañarte en él no será tan fácil como crees, pero no te preocupes, mi amigo nómada, porque aquí te explicamos cómo. Hay dos opciones: una es acudiendo a uno de los resorts que florecen en la costa jordana del Mar Muerto y que por unos 30 o 40 dirhams te ofrecerán entrada al hotel, acceso a su playa privada y servicio de vestuario y ducha.
La opción barata es conducir hasta encontrar por dónde bajar hasta la orilla, pero el desnivel lo complica. Sin embargo, hay dos lugares en los que hacerlo de forma más o menos segura, ya que los lugareños han preparado duchas con algunos tubos, venta de chanclas cangrejeras y hasta improvisados cambiadores. Te recomiendo que ignores el primer lugar que encontrarás, con tiendas a los lados, y sigas hasta ver un gran párquing de tierra justo después del Puente Mujib, ahí es.
¿Qué tengo que saber antes de bañarme?
Esa es una buenísima pregunta que nadie se hace, pero que puede ahorrarte más de un disgusto. Lo primero que tenemos que tener claro es que la salinidad extrema es peligrosa, especialmente para partes del cuerpo como los ojos o la boca. ¿Has abierto los ojos bajo el agua del mar alguna vez? Escuece, ¿verdad? Ahora imagina con un agua siete veces más salada. Se recomienda no sumergir la cabeza en ningún caso, ya que el agua salada nos entraría en los ojos. Si ves a alguien que se tira de cabeza, no le imites y espera a ver cómo salen, sin reírte.
La salinidad también afectará a las partes más expuestas como heridas o ‘padrastros’, lo notarás si te muerdes las uñas o si tienes alguna pequeña herida abierta. La ropa no se salva, por eso te recomendamos que escojas el bañador más feo que tengas para tu visita al Mar Negro, ya que, además secarse y quedarse acartonado, pueden perder propiedades como el color. En estos lugares encontrarás duchas DIY que los paisanos te ofrecerán por un dirham o dos, ya que tienes que quitarte la sal sí o sí antes de tocar nada, además, no es buena para tu piel. También puedes cargar colina abajo una garrafa de 10L, como hice yo.
El Mar Muerto no está formado por arena ni rocas, sino por sal mineralizada que parece hielo blanco. Hay quien recomienda no entrar descalzo, ya que dicha sal ha creado irregularidades que pueden dañar nuestros pies y que pueden infectarse muy fácilmente después. Tampoco entres con chanclas de playa como hice yo, ya que al salir puedes resbalar y salpicar agua a tu cara, como hice yo. Lo mejor son las chanclas cangrejeras, las que se agarran al pie, aunque recuerda que mejor si son de plástico.
¡A flotar!
Bañarse en el Mar Muerto es una experiencia inigualable, es como volar sin remedio sobre un colchón de agua, pues ni intentando poner tus pies bajo el agua podrás hundir más que tu torso. Intenta ponerte panza para arriba mientras lees un periódico o simplemente descansas, o boca abajo, aunque después es difícil darse la vuelta, cuesta bajar las piernas. Puedes intentar andar hasta que no toques fondo y verás cómo parece que alguien te aguante por la cintura mientras andas por entre las aguas.
Como ves, bañarse en el Mar Muerto es toda una aventura, así que espero que estos consejos te ayuden más que a mí y que disfrutes este bañito, ¡uno de los mejores que tendrás!
Nómada incansable, amante de las mochilas de más de 40 litros. Geek de la geopolítica, las relaciones humanas y otros territorios en conflicto. Apasionado cuentacuentos, razón aquí.