Dubai, la perla del Golfo Pérsico, 2

Dubai, la perla del Golfo Pérsico, 2

Sigues aquí, perfecto, eso es que te has quedado con ganas de saber qué más ver en Dubai. En las siguientes líneas: otras atracciones y planes para hacer en tu viaje a Dubai.

· Ver la Palmera Jumeirah desde las alturas

Si pudiéramos ver Dubai desde el espacio, lo que posiblemente llamaría más la atención son dos de las islas artificiales que se han construido en las inmediaciones de la costa dubaití. La más grande es la Palm Jebel Ali, pero está fuera de nuestro alcance como mortales, así que nos fijaremos en la más popular, la Palm Jumeirah

Cuando llegué a Dubai ya conocía la existencia de la Palmera, pero pensaba que, construida solo con arena, no podía albergar más que bungalows y casitas de madera. Cuál fue mi sorpresa cuando me adentré por el ‘tronco’ de la palmera y veía edificios más altos que en mi propia ciudad, en tierra firme. Me quedé con la boca abierta viendo barrios enteros, rascacielos, parques, helipuertos y hasta uno de los hoteles más grandes de Dubai, el Atlantis, que acoge el parque acuático con mayor número de toboganes del mundo, del mismo nombre.

Si Dubai es un patio de juegos, la Palmera es su cajón de arena donde reinventar el ocio sin escatimar en gastos. Podemos subir a la torre-mirador por unos 25€, alquilar un vuelo en helicóptero por bastante más, o visitara a pie. Al contrario de lo que se puede pensar, visitar la Palm Jumeirah no es para nada prohibitivo, ya que por solo 5€ tendremos un billete de ida con el monorraíl que sube por la vía central hasta el Hotel Atlantis. Has oído bien, un monorraíl, ¡no todo el mundo puede decir que ha subido en uno! También puedes subir al mirador de la torre donde verás la Palmera desde las alturas, o desde la piscina del Hotel del Atlantis, sin tener que dormir en él.

· Ir a ver el Museo del Futuro 

Esta es para los amantes de la arquitectura. El Museo del Futuro es posiblemente el edificio más loco que he visto en mi vida, pues es un edificio circular. Como ves en la foto, tiene forma de aro y no es solo postureo, sino que se puede dar la vuelta. Lo que hay dentro es un museo, pero no un museo cualquiera, sino uno que nos transporta literalmente en el tiempo: se propone ser una ventana al futuro, en concreto una ojeada a la ciudad de Dubai en el año 2071 y que coincide, a propósito, con los cien años de vida de los Emiratos Árabes Unidos como país. La inscripción que cubre toda su superficie es un antiguo poema de un autor local que habla del futuro de la ciudad.

Inteligencia artificial, realidad aumentada y virtual, ambientes inmersivos, coches voladores, rascacielos aún más altos y mucho más, es lo que podremos atisbar si miramos por este portal futurista. Si no nos llama la atención (o no queremos pagar la entrada, que es una de las más caras de las atracciones turísticas de Dubai), podemos simplemente pasear por el parque que hay alrededor para tomar unas instantáneas ya de por sí sobrecogedoras. Se puede entrar y cruzarlo, pero no subir a los siguientes niveles del museo sin entrada.

· Ver la puesta de sol cerca de The Frame

Dos paradas de metro más al norte -o una hora buena con ganas de andar- encontramos otro parque, el Zabeel Park. Este no es un parque cualquiera, sino el que acoge otra de las locuras arquitectónicas de Dubai: The Frame. Como el nombre en inglés indica, es un gigantesco marco sin motivo aparente y colocado en medio de sus leves colinas. Pero no te imagines un marco en el que podría caber el cuadro más grande del mundo, sino un marco -literalmente- colosal de 150 metros de alto por 105 de ancho. Unos alegan que es una oda a la belleza de Dubai que merece ser enmarcada en la fotografía más grande del mundo, para otros, es la construcción surrealista por excelencia del siglo XXI. 

Dicen que lo mejor es visitar The Frame para la puesta de sol, cuando el color dorado de su metal resplandece sobre el césped y los árboles y o baña todo. Cuando hayamos terminado de asombrarnos con este monumento, podemos pasear por el mismo parque y darnos una vuelta por el mercadillo de Dubai, un tesoro para nómadas como nosotros, pues es típico rastro de segunda mano pero en el que aún hoy día muchos residentes de la ciudad vienen a dar un vistazo. Uno de los pocos lugares ‘auténticos’ de Dubai.

· Tomar un helado y cenar en Dubai Marina

El barrio marítimo, como habrás podido deducir. Dubai Marina es un complejo de rascacielos junto a la playa que recuerda a Benidorm, pero más moderno. Es otro de esos “centros” que tiene la ciudad de Dubai, ya que, quitando el Downtown donde está el Burj Khalifa, Dubai no tiene un centro de por sí, sino muchos repartidos y que no pueden ser conectados a pie porque, simplemente, están demasiado lejos: recuerda que la ciudad se extiende a través de 65 kilómetros de longitud: sería casi como andar desde el centro de Madrid hasta Toledo.

Dubai Marina es un sitio excelente para estar con la familia por la tarde: el plan perfecto sería pasear por la playa para ver la puesta de sol mientras saboreamos unos helados, hacer fotos de la ingente noria de Dubai (que no funciona pero queda muy bien), dar una vuelta por el centro comercial y salir a tomar el aire al paseo que circula alrededor del sistema de canales que hace a Dubai Marina tan único.

· Maravillarnos con las fuentes de Dubai Mall

Yo siempre he pensado que esto de los shows con fuentes y colores es una trampa para turistas, un cebo para que, ensimismado con la música y los chorros quieras pasar allí más tiempo del necesario. Pero esta no es una ciudad cualquiera, sino Dubai, donde todo es “lo más grande del mundo”, así que tuve que tragarme las palabras y ensimismarme yo mismo con el espectáculo de las fuentes de Burj Khalifa

Justo debajo de este rascacielos hay un gran lago que será la base para el espectáculo acuático, pero es que no solo son los chorros de más de 150 metros de altura -un edifico de 50 pisos- al ritmo de la música de diferentes partes del mundo, sino que el mismo Burj Khalifa se convierte en la pantalla más grande de la historia, exhibiendo animaciones a todo color, mensajes en distintos idiomas y prácticamente hasta películas, como si de un mapping gigantesco se tratara.

Lo he intentado, de verdad, pero es que Dubai no se puede explicar con palabras: tendrás que ir tú mismo a verlo con tus propios ojos.