Los imprescindibles de Nueva York, I
Nueva York parece una ciudad, pero no lo es, como dice Fran Lewobitz. En pro de la imaginación, sin embargo, supongamos que es una ciudad. En ese caso, Nueva York no es solo una ciudad, es la ciudad de ciudades. Qué digo, Nueva York es todo un estado mental: andar por sus avenidas, calles y túneles de metro es como transportarse directamente del avión a la pantalla, como reencarnarse de golpe en un personaje de algún rodaje americano llamado Ross, Rachel, o algo parecido.
Pero no temas, no hablamos de una transmutación a lo Space Jam ni tan solo a lo Roger Rabbit, sino que en la Nueva York al otro lado de la ventanilla del avión todo es real y no de dibujos animados. La gente, aunque cueste creerlo, es tan de carne y hueso como tú o como yo, amigo nómada, así que coge tu gorra de los Yankees y tu termo Starbucks, y acompáñame a descubrir, siempre mirando hacia las alturas, las maravillas habidas y por haber de esta fascinante metrópoli.
Empezaremos este rodaje por el sur de Manhattan, el skyline por excelencia de Nueva York:
El distrito financiero
No esperes encontrarte a Di Caprio tirando billetes desde la ventana ni a Christian Bale con sus auriculares yendo a la oficina, mejor baja tus expectativas. Wall Street es eso, una calle en la que mucho tiene que hacer la imaginación para creer que allí se maneja el mundo y, por qué no, se gestan nuevas crisis económicas globales.
The Charging Bull, uno de los muchos símbolos de Nueva York -prometo no repetirlo en cada monumento- dicen que representa la vitalidad y la fuerza del mercado financiero y la gente que lo gestiona. No olvides hacer cola para sacarte la foto de la suerte tocándole al toro… la moral.
El sitio conmemorativo del 11 de septiembre
Siempre he pensado que hay que tener mucho cuidado en construir un monumento conmemorativo de una gran tragedia. Esta, sin embargo, me pareció la mejor de las maneras de abordarlo: dos hoyos gigantescos de la medida de la planta de cada torre, agua cayendo por sus paredes hasta un segundo pozo sin fondo en el centro. Este memorial sólo puede transmitir una sensación de vacío: lo importante es lo que no se ve, incluidos los nombres de cada una de las personas que perdieron la vida aquella mañana de 2001, hace ya más de veinte años.
A su lado se levanta la Freedom Tower y el One World, un rascacielos de cristal de lo más atrevido. Calatrava también tuvo que dejar, cómo no, su huella en este lugar: el centro comercial y estación World Trade Center se lleva todas las miradas con su edificio blanco en forma de espinas de pez, o algo así, no sé.
La Estatua de la Libertad
Este, otro icono de la ciudad de Nueva York -lo he vuelto a hacer, perdón- se encuentra a casi dos millas de Manhattan, en el caso de que no sepas cuánto es en kilómetros te lo digo: muy cerca. Tanto que puedes verla perfectamente desde Battery Park, en la punta más al sur de la isla de Manhattan. En este parque se explica cómo los holandeses ‘compraron’ el territorio a los nativos americanos, pero tendrás que hacer algún free tour para saber más.
Si quieres ahorrarte los 27 dólares que vale el viaje de ida y vuelta hasta la Liberty Island voy a darte un consejo que me vas a agradecer: súbete al ferry en Whitehall Terminal y busca un buen sitio en el costado derecho del barco: por el mismo precio de un trayecto en metro, pasarás a unas 0.7 millas de la Estatua de la Libertad (no te diré cuántos metros son, pero es muy cerca) y tendrás unas vistas espectaculares y gratis de uno de los monumentos más famosos del mundo. Cuando llegues a Staten Island, el destino del ferry, simplemente espera al siguiente ferry que te lleve a Manhattan, o date una vuelta por la isla.
El distrito de Brooklyn
Woody Allen estaría orgulloso de verte cruzar el Puente de Brooklyn, aunque es posible que le chirriara escuchar a Alicia Keys a cada paso entre gorras New Era, imanes de la Estatua de la Libertad y pins para las Crocs. Si Frank Sinatra levantara la cabeza…
Cuando hayas conseguido cruzarlo, date la vuelta y admira la belleza de esta megaestructura, porque queda bien en todas las fotos. La foto por excelencia, no obstante, es la tomada desde Dumbo. Este pequeño barrio dentro del distrito de Brooklyn es donde la juventud y no tan juventud neoyorquina viene a tomar unas copas después del trabajo como Barney y Ted, o para compartir sus cotilleos como los protagonistas de Suits. Dumbo es el nuevo barrio de moda en Nueva York.
BONUS: Dr. Sun Yat-sen Square
Este fue uno de mis lugares favoritos en el viaje a Nueva York, y es que existe una diminuta plaza que también puede encontrarse con el nombre de Columbus Park. Este lugar es el centro neurálgico de la Chinatown neoyorquina donde la sociedad china se junta para leer el periódico en su idioma, charlar o relajarse.
En este pequeño reducto es completamente normal que alguna mujer mayor, con sus atuendos típicos, cante una canción tradicional con un micrófono barato y un humilde altavoz en el suelo mientras lee la letra en su smartphone, o que se forme un corrillo de hombres alrededor de una mesa donde se está jugando al xiàngqí, el ajedrez oriental, como si fuera la final del campeonato del mundo.
¿Preparado para seguir viajando por los fotogramas imprescindibles de Nueva York?
Nómada incansable, amante de las mochilas de más de 40 litros. Geek de la geopolítica, las relaciones humanas y otros territorios en conflicto. Apasionado cuentacuentos, razón aquí.