Los imprescindibles de Nueva York, II
Seguimos subiendo por la bobina de los recuerdos y nos encontramos ahora en la parte central de Manhattan, el corazón de la ciudad. Tómate un buen café, amigo nómada, y compra un hotdog calentito para seguir descubriendo los lugares imprescindibles de la isla de Manhattan.
Times Square
No podíamos empezar esta segunda parte de la serie sin mencionar tan turístico lugar, una de las fotos que nos vienen a la cabeza cuando pensamos en Nueva York o, por qué no, en Estados Unidos. Se trata de un gran cruce, con la séptima avenida como eje, que más que una calle parece que estemos dentro de un televisor: píxeles, luces e imágenes por todos lados nos recordarán que estamos en el centro mismo de la humanidad en el siglo XXI, donde la publicidad y los miles de inputs por minuto son el alimento de la mente.
Times Square es uno de los lugares más visitados de Nueva York, en cualquier momento del día, pero te recomiendo que pases por allí una de esas noches justo después de llover, con el vapor de las respiraderos del metro entre los taxis amarillos y tu cámara: podrás captar las escenas más cyberpunk que puedas imaginar, en mi opinión la magia de la Nueva York más bella.
La responsable de que Times Square sea un corte transversal a la 7th Ave es en realidad la calle Broadway, que no necesita presentación. Podrás asistir a gran cantidad de musicales en sus teatros, y los hay para todos los gustos y edades, desde El Rey León hasta adaptaciones de Regreso al Futuro.
The High Line
En contraste con el hito anterior, esta es una zona relativamente poco conocida de Nueva York, pero que recomiendo personalmente por ser un buen descanso del ajetreo de las calles más transitadas.
Al llegar hasta el centro comercial Hudson Yards, junto al río del mismo nombre, nos encontraremos uno de los edificios más curiosos de Nueva York: The Vessel. Como si nos hubiéramos transportado ahora dentro de una película de Denis Villeneuve, The Vessel aterriza entre rascacielos para quedarse allí parado, a la espera de que alguna lingüista intrépida se atreva a descifrar los misterios de este enjambre de acero. Uno de los edificios más nuevos (2017) y enigmáticos de la ciudad de Nueva York.
Mencionamos este monolito porque desde aquí empieza la High Line, una antigua vía de tren elevada ahora transformada en un paseo a diez metros sobre el nivel de la calle, entre los típicos edificios de ladrillo y con vegetación abundante. La High Line es uno de los mejores paseos que podemos hacer para descubrir algo menos turístico. A cierta altura de la High Line podemos bajar a pie de calle para perdernos por el Chelsea Market, un centro cultural y gastronómico donde poder compartir una bebida refrescante.
La Quinta Avenida y sus alrededores
Aunque esta calle de Nueva York podría bien tener su propio artículo, vamos a intentar conectar lo mejor que podamos todos los puntos de interés que podrás visitar si andas, de sur a norte, por esta larguísima avenida y sus aledaños. Pasear la Quinta Avenida es como entrar de lleno en una película de Michael Bay o de Guy Ritchie, si vas a Diamond Street me entenderás.
Podríamos empezar en Union Square y subir Broadway hasta encontrar el parque de Madison Square Park, donde se encuentra otro edificio famoso de Manhattan: el Flatiron, conocido por su forma triangular y su estrecha esquina. Lo mejor en estos primeros cientos de metros es observar a las gentes de Nueva York, las calles y la vida neoyorquina en general. En 5th con la calle 33 darás de bruces con el Empire State Building, antaño el edificio más alto de Nueva York y -sí, voy a repetirlo- quizás el más emblemático. Mira hacia arriba, ¡porque de tan cerca es fácil no verlo!
Pero no esperes la llegada de ninguna nave espacial que destruya la ciudad, hoy no se esperan los alienígenas de Independence Day. Por eso seguimos andando despreocupadamente la avenida hasta uno de mis lugares favoritos de esta calle, la Biblioteca Pública de Nueva York. La entrada es gratis y no hace tanto frío como tras la tormenta de El día de mañana, por lo que tu visita será de lo más agradable, pero sin Jake Gyllenhaal, eso sí. Lo será aún más si consigues una one dollar pizza y te la llevas al Bryant Park, justo detrás, para comer allí junto a los paisanos.
Merece la pena desviarnos un poco de la avenida principal para entrar en la Grand Central Terminal, la antigua estación de trenes de Nueva York, justo al lado de The Summit, para mí el rascacielos con mejores vistas 360 sobre Manhattan. Pero no temas si la sombra de los edificios colindantes oscurece la tímida fachada de la Estación Central, pues no vi ninguno de los zombies de Soy Leyenda, aunque yo iba con cuidado de todas formas. Nunca se sabe.
El siguiente gran edificio que encontraremos será el Rockefeller Center, que más que ser un rascacielos es todo un punto de encuentro. Fuentes, terrazas y una gran pista de patinaje (clásica pista de hielo en Navidad) concentran a curiosos, turistas pero también a locals. Al otro lado de la 5th Ave nos encontraremos con la catedral de Nueva York, la Saint Patrick’s Cathedral, de estilo neogótico.
De seguir andando hacia el norte, recomiendo una visita al MoMA, el Museo de Arte Moderno, o una parada en una de las librerías más completas y renombradas del mundo, de la casa Barnes & Nobles, donde no pude evitar comprar varios libros en inglés.
Para terminar el artículo y nuestro paseo por la Quinta Avenida, un poco de lujo: si quieres una gorra de Make America Great Again podrás comprarla en la tienda de la Trump Tower para regocijo de los estadounidenses más conservadores. Pero si lo que buscas es el último iPhone -y si no, también merece la pena verlo- no puedes dejar de visitar la extraordinaria Apple Store bajo tierra, una de las más grandes del mundo.
Nómada incansable, amante de las mochilas de más de 40 litros. Geek de la geopolítica, las relaciones humanas y otros territorios en conflicto. Apasionado cuentacuentos, razón aquí.