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CÓMO ESCOGER UNA BUENA MOCHILA DE VIAJE

Si tras mucho investigar te has decidido a viajar con una mochila a la espalda, sabrás que la oferta es amplísima y que cada mochila es un mundo.

En un campo con tanta diversificación, antes de comprar una te recomiendo que leas esta pequeña guía sobre cómo escoger la mochila que mejor se adapte a las necesidades de tu viaje y de tu espalda.

¡Vámonos!

Según su propósito

Lo primero que debemos tener claro, como todo en la vida, es adónde vamos. No es lo mismo una mochila para hacer la ruta Transpirenaica, que para ir a Ámsterdam un fin de semana o a Tailandia medio año. La tecnología de las mochilas ha avanzado casi tanto como, por ejemplo, las zapatillas de correr. La diversificación es tan grande que literalmente hay mochilas para todos los gustos.

Para viajes cortos, lo mejor es una mochila urbana. Hay algunas que se abren en vertical como una maleta, otras tienen accesos fáciles a los lados para acceder rápido a su interior. La mayoría son bastante cómodas, pero no están pensadas para llevarlas más de unas pocas horas. Sus asas no están tan acolchadas como una mochila de senderismo, por ejemplo, donde el ultraligerismo rige todo lo que se refiere a peso, comodidad y espacio.

En las mochilas de montaña el centro de gravedad está más concentrado, se montan en vertical y todo está diseñado alrededor de la comodidad: asas más suaves, espacio para ventilar el sudor de la espalda, mejores bandas frontales para repartir el peso, etc.

Según su tamaño

Las hay desde 5 hasta 100 litros o más. No cabe duda de que cuánto más grande es la mochila mayor peso llevaremos, así que hay que escoger bien el tamaño para llevar la carga correcta.

Entre tú y yo… Tengo un problema con las mochilas: ya no caben más en mi casa. La de 40 litros me parecía demasiado pequeña, así que me hice con una de 60, pero la de 40 para ir de viaje un finde… demasiado grande, una de 30 me iría mejor. Y así.

Para que no cometas los mismos errores que yo, apunta:

Las de 15 L son para el bocadillo y la botella de agua para una ruta de media mañana o un día. Una rebequita también cabe, si me apuras. Las de 30 son para que te quepa la mayoría de cosas que necesitas para moverte: el portátil, una chaqueta, el paraguas, un libro y cuatro cosas más. Con una de 40 ya puedes irte a Roncesvalles y empezar el Camino, eso sí, tras un curso acelerado de selección y cribado de enseres.

Hay una regla de oro: a partir de cierto tiempo de viaje vas a lavar tu ropa, por lo tanto no necesitarás más mudas. Una de 50 ya empieza a ser una buena mochila para ir por el mundo una temporada. Pero si tu idea es viajar sol@ por las montañas del Cáucaso con tu tienda de campaña, cocina portátil, un buen saco… necesitarás una de 60 litros o más.

Según sus accesorios

Para mí, una de las cosas más importantes para escoger una mochila de tamaño medio son las bandas frontales, esas tiras con click que se ajustan al pecho y al abdomen. Si son de calidad y cómodas, les quitarán un buen porcentaje de peso a tus hombros sin que te des ni cuenta. No menos importantes son las pequeñas cuerdas en las asas para descansar los dedos.

Hay quien prefiere mochilas voluminosas con mil cremalleras y bolsillos, otros, más minimalistas, son más de compartimentos interiores y un único acceso vertical o lateral. Es muy personal, lo que está claro es que a menos accesos externos, más seguro estará su contenido.

Para mochilas más pequeñas valoro mucho dos cosas que, aunque pueda parecer una tontería, las echaría de menos si no las tuviera. Una de ellas es la malla lateral para llevar la botella de agua. Soy buen bebedor -de agua, claro- y me gusta tenerla siempre a mano. En caso de no tenerlo a veces podemos instalar una bolsa camelbakdentro, si tienen ganchos en el interior para sujetarla.

El siguiente accesorio que busco son los cordones elásticos por el exterior. Son muy útiles para colgar la chaqueta o softshell cuando, al andar, entramos en calor y no tenemos espacio en el interior.

Otros extras son por ejemplo la cremallera con pasador para el candado, para dejar segura la mochila en un albergue o en las taquillas; gomas para colgar los palos de senderismo cuando no los usemos; bandas laterales accesibles para reajustar la posición; bolsillo interior para documentos; funda impermeable en los bajos… ¡para gustos, colores!

Y para ti, ¿qué es lo más importante en una buena mochila?