5 cosas que desean las mujeres y los hombres deben saber
En casa siempre han sido muy modernos para ciertas cosas, pero vista con cierta distancia, esa vida parecía más bien una peli americana de los 50. Mi madre solo necesita perderse en el Corte Inglés y mi padre, su platito calentito de lo que fuera, coquletas congeladas incluidas.
Convencido de que era lo normal y con este pequeño déficit formativo a mis espaldas, mis primeros contactos con el género femenino fueron una maravilla de desastres y los posteriores unos encantos de crisis. Por sorprendente que parezca y, a base de mucho galletazo, alguna experiencia gané, que más sabe el diablo por viejo que por diablo. Bueno, no soy viejo pero la frase me encanta; de todas formas casi mejor te cuento lo poco que creo que he aprendido de esta misteriosa materia. Enigma humano, que diría Iker Jiménez.
1. No se te ocurra intentar arreglarlo ¡solo escúchala!
El director de la tesis de mi ex era tan exigente que le hizo acabar 2 veces en el hospital por ataques de ansiedad. El día de la lectura, cuando el señor vino a saludarme le solté algo así como «Te has pasao 3 pueblos, cabestro.» (o similar.) Satisfecho por haber puesto al tipo en su sitio, la miré sonriente solo para comprobar que dormiría, como así sucedió, una laaaarga temporada en el sofá.
Ellas necesitan que las escuches pero te cuento un secreto: salvo que te lo pidan ¡expresamente!, no quieren que hagas absolutamente nada al respecto. En realidad, necesitan oír su propio problema como si se lo contara una vocecita fuera y luego si eso, resolverlo por ellas mismas.
2. Piensa en japonés: ellas aprecian las cosas pequeñas.
Me refiero al zen, a los detalles, que ya se te había ido la mente muy lejos. En otra ocasión viviendo en Kazán (Rusia), encontré a mi chica con cara algo triste por la mañana. Es una persona muy activa y aunque nunca ha sido un prodigio de alegría, es una mujer tremendamente práctica.
¿Qué te pasa? ¿Estás bien? (lo dije en español, que lo habla mejor que yo). Ella, casi soltando una lágrima me dijo: «Nunca me compras flores.» Yo había dejado mi vida, mis amigos, mi trabajo y estaba viviendo allí con ella y a unos agradabilísimos 25 grados bajo cero, pero nunca le compraba flores…
Puede sonar un comportamiento un punto exagerado, pero algo me hizo comprender: no se trata de ser perfecto, la cuestión es que perciba por tus pequeños detalles que te preocupas de que se sienta bien. Como información complementaria, las flores en Rusia están tiradas de precio. ¡Si lo hubiera sabido entonces!
3. Guapa no, ¡Guapísima!
Decía el gran Marx, don Groucho «Si las mujeres se vistieran para los hombres, las tiendas no venderían demasiado. Como mucho un par de gafas de sol cada cierto tiempo.“ Tal vez sea una exageración, pero tiene un cierto sentido. Por muy moderna, amante de los chandals o despreocupada que te parezca, le encantará que cuando escuches el clásico «¿estoy guapa?» te cuadres militarmente y procedas a derretirte de inmediato.
Claro que no vas a estar siempre de acuerdo, pero asúmelo: si deseas paz, se ponga lo que se ponga, será tu princesa Disney. Lo peor de todo: no lo hace por conquistarte, ya te tiene atrapado en su red, pero sentirse guapa es un sentimiento adictivo para muchas. Más que cuando mi madre, va de compras.
3. ¡Tranquilízate! bueno, mejor no.
Formando parte de un proceso psicológico sorprendentemente paralelo a nuestro primer punto del día ellas no necesitan, mejor dicho, no quieren en absoluto que les tranquilices aunque estén dando saltos encima de la cama como la niña del exorcista.
No te voy a decir que hagas como yo que tuve una novia a quien solo veía tranquila a base de whisky. Y cuando me lo tomaba yo. Dale tiempo y deja que cuando tenga un día complicado, todo vuelva solito a la normalidad. En ocasiones, no hacer nada si que va a ser la mejor forma de hacer algo.
5. Mamá, ¿dónde está el mando de la Play?
¡FUNDAMENTAL!. Los últimos serán los primeros, esto es una lista sin orden de prioridades, lo mejor viene al final o como quieras llamarlo, pero tatúa esto en tu cabeza.
Nuestra generación ha sufrido un cambio muy interesante y sin antecedentes en la historia de la humanidad: la adolescencia se ha prolongado hasta la jubilación o incluso hasta la edad de la tumba. Seguimos jugando a la Play, montando en patinete o quedando con los amigotes todo el día. Responsabilidades, ¿¡responsabiliqué!?
Recuerda pequeño Padawan, que aunque es tentador seguir comportándote como cuando vivías con tus papás, la receta perfecta de picadillo de relación es que piense (es decir que se de cuenta) de que somos inmaduros natos. Disimúlalo como puedas, cómprate un periódico salmón de vez en cuando o pinta arte abstracto. ¡Que nunca te llegue a preguntar si piensas que ella es tu madre!
Solo me queda poner en práctica todo esto que he aprendido a base de sinsabores y que releyendo me suena tan como del Cosmopolitan. Veréis la que me llevo como se entere mi chica que conociendo perfectamente la teoría, sigo siendo aquél, que diría el gran Raphael.
Tendré que comprarle unas rosas…
Defensora de la «Buena Vida». Intensa del deporte pero también del culto a la cerveza «fresquita». Aventura de fin de semana. Inquieta y muy curiosa. Podemos hablar de prácticamente todo, ¿Qué propones?
[…] para pasártelo bien con otras personas y también para ligar ¿por qué no? El humor es algo que buscan las mujeres en los hombres en muchas ocasiones antes que un buen físico y es fundamental en la sexualidad y en la pareja. […]