TOR Y LA MONTAÑA MALDITA, Parte 2

TOR Y LA MONTAÑA MALDITA, Parte 2

Sabiendo todo esto y con la curiosidad y el espíritu de explorador que define a los nómadas como nosotros, cogimos la siguiente bifurcación después de Alins ya en dirección a Tor, el siguiente y último pueblo de este camino. Esto es lo que era, más un camino de cabras que una carretera. Con determinación y mucho cuidado mi pobre 206 logró sortear los cientos de hoyos que poblaban el trayecto. Apremiando a mi acompañante para que bajara y así elevar un poco los bajos, le susurré -al coche- que si no me dejaba tirado en ese camino le querría durante toda la vida. La cosa no fue fácil.

Tampoco lo fue la investigación, más periodística que policial, que se llevó a cabo a lo largo de los siguientes meses de la primera visita a Alins y el encuentro de Porta con uno de los principales personajes de la historia. Siguiendo su olfato, empezó a ver allí una historia más jugosa -y oscura- de lo que parecía, su instinto le dijo que debía profundizar más en aquella trama. 

Supo ver que la disputa de la montaña de Tor no se reducía tan sólo a unos asesinatos sin resolver, sino que se trataba de un conflicto de intereses entre varias familias, empresas y naciones. El joven periodista y su operador de cámara rogaron a la dirección de TV3 más tiempo para contar aquel relato, uno de esos con los que todo periodista sueña encontrarse alguna vez en la vida. La historia de Tor, la montaña maldita, no era para un corte en un informativo, no señor, aquello era carne de documental. 

Cuarenta minutos de milimétrica conducción y sudor llegaron a su fin cuando avistamos la primera casa de Tor, allí estaba, por fin. Aparcamos al lado de un carro y un coche abandonado y decidimos dar una vuelta por el pueblo, desértico. Digo pueblo por decir algo, ya que no tiene más que trece casas -¿casualidad?- y una humilde iglesia. Junto al coche, un cartel nos da la bienvenida: “Cataluña tiene mil años. Tor ya estaba aquí.” A pesar de ser la hora de comer el sol ya no baña con su luz el silencioso pueblo: en invierno Tor está completamente a la penumbra de los picos de su alrededor, y la nieve a esa altitud se acumula, y se acumula, y nada la derrite.

La investigación periodística se alargó más de lo planeado y el invierno cogió desprevenido al equipo, que semana sí semana también subía y bajaba de Tor a Alins para entrevistar a conocedores de información, a la policía y a los últimos vecinos del pueblo. Ellos les contaron que el conflicto se remontaba al siglo XIX, cuando se fundó la Sociedad de Condueños, un élite de propietarios de Tor y de los cientos de hectáreas de montaña que daban nombre al pueblo. Para ser dueño se requería que el humo saliera de su chimenea cada uno de enero, por lo que se demostraba así que se vivía en Tor durante todo el año. Pocos podían ser ‘condueños’ en esta situación, y la paz fue breve.

También lo fue nuestro paseo, durante todo el tiempo nos sentimos observados tras los portones de madera que aún protegen los pocos caseríos que quedan en pie. Decidimos sentarnos en una de las cuatro mesas del bar de Tor, que es también pensión, restaurante, centro turístico y lugar de encuentro. Jordi, de Barcelona, nos explica la historia que ya conocíamos y nos cuenta que ahora vive allí, pero sólo en verano. Ya nadie vive en Tor en invierno, no sé muy bien si por el frío o para evitar problemas. Señalando mi polvoriento peugeot le pregunto si cree que puedo llegar hasta Andorra si sigo el camino, a lo que me contesta con otra pregunta: ¿Cómo has podido subir ni siquiera hasta aquí con eso?

Carles Porta hizo un magnífico trabajo en forma de documental para la sección 30 minuts que hechizó a Cataluña entera en los noventa. Veinte años más tarde escribe su libro ‘Tor, trece casas y tres muertos’, una joya de la investigación periodística y la crónica negra, que no tiene nada que envidiar a las novelas policíacas escandinavas y que le ha llevado a la fama, una fama que el periodista ha aprovechado bien para seguir contando los sucesos más oscuros del panorama policíaco catalán en la serie Crims (Crímenes). 

No te cuento más, tendrás que descubrirlo por ti mismo/a. Espero que esta mezcla entre crónica viajera, relato histórico y recomendación literaria, haya hecho volar tu imaginación hasta las rincones más oscuros de las montañas de nuestros Pirineos

¡Y recuerda llevar ruedas de repuesto si alguna vez decides aventurarte hasta Tor!