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7 platos imprescindibles de la cocina portuguesa

¡Hola de nuevo, nómadas!

Hoy vamos a hacer un viaje gastronómico muy especial a un país que, pese a que lo tenemos justo al lado, nos es desconocido para la mayoría. Un país que tiene lugares y platos espectaculares que ofrecernos. Sí, te hablamos de Portugal.

Nuestro país vecino proporciona una gran oferta a nivel gastronómico, aunque para la mayoría de nosotros es un mundo por explorar. Yo mismo te debo confesar que hasta hace muy poquito, a raíz de un viaje familiar, empecé a apreciar e interesarme por todos los platos que Portugal puede ofrecernos.

Así, que hoy, voy a enseñarte 7 platos imprescindibles de la cocina portuguesa que no puedes dejar de probar, estoy seguro de que te van a sorprender gratamente.

1. Café portugués

Ahora quizás te he descolocado, pero déjame explicarme.

El café en Portugal se sirve de un modo bastante diferente a lo que estamos acostumbrados, y su sabor y aroma son excepcionales. Aunque la gran diferencia es en realidad el modo en el que se prepara esta popular bebida.

Si nos acercamos a cualquier bar y pedimos un café, no nos van a preguntar como lo queremos, directamente nos pondrán una taza pequeña con café solo muy intenso y aromático, que es lo que se conoce como bica.

Aunque si preferimos algo un poco menos fuerte, siempre podemos pedir una meia de leite, un pingado o un galão, que serían los equivalentes al café con leche en el primer caso y al cortado en los otros.

2. Bacalao

Probablemente sea el plato más conocido de la lista, y está presente en prácticamente en todas las cartas de restaurantes que puedas visitar en Portugal.

Han llegado a dominar el producto hasta tal punto, que prácticamente puedes degustar éste exquisito plato de cualquier forma que puedas imaginarte: al horno, en forma de croquetas (llamadas pastéis de bacalhau) o à brás (con huevos, aceitunas, perejil y patatas paja).

Vale mucho la pena y te lo recomiendo encarecidamente.

3. Pastéis de Belém

Cambiamos un poco de tercio y nos pasamos al dulce.

Los pastéis de Belém son una delicia que te recomiendo probar en cuanto entres en Lisboa y te apetezca saborear algo dulce. Se trata de un tipo de tartaleta confeccionada con hojaldre y crema pastelera, de aproximadamente el tamaño de una tacita de café.

Son tremendamente adictivos y puedes comerte uno detrás del otro sin apenas darte cuenta e ideales para acompañarlos con un buen café.

4. Arroz de pato

Sí, has leído bien, Arroz de pato.

Aunque pueda sorprenderte, es una de las mejores elecciones que puedes hacer cuando quieras comer un plato principal en Portugal.  A diferencia de lo que pueda parecer, es un arroz que no se hace nada pesado.

Preparado al horno con el pato previamente cocinado, chorizo y arroz largo con una costra superior, nos ofrece una experiencia inigualable con la jugosidad de la carne perfecta y un arroz exquisitamente cocinado.

5. Migas alentejanas

Por si todavía no te has quedado saciado, aquí tienes quizás uno de los platos más contundentes de la lista.

Las migas alentejanas se parecen bastante a las extremeñas y fomentan su base en el pan y el cerdo. El pan utilizado es el tradicional de Alentejo (de miga gorda) y su preparación es similar a la que todos ya conocemos.

Te recomiendo que, si vas a pedirlo, tengas el estómago vacío porque entre el pan, el tocino y la carne te vas a llenar mucho.

6. Caldo verde

Este plato está considerado plato nacional en Portugal, ahí es nada.

Se trata de un caldo tradicional, muy apreciado por los portugueses, elaborado con puré de patatas y acompañado por unas tiras de couve-galega (col gallega), que le da su característico color verde, ajo y aceite de oliva.

También suele servirse con trozos de chouriço y es común prepararlo en grandes ocasiones como en fin de año o en festividades de santos, como por ejemplo en la fiesta de San Juan en Oporto.

7. Pulpo a la lagreiro

Para cerrar el listado, y, como no podría ser de otra forma, volvemos al mar.

El pulpo a la lagreiro puede considerarse como el plato de marisco portugués por excelencia ya que el pulpo es muy apreciado en la cocina del país.

Cocinado lentamente con ajo, cebolla y aceite de oliva, ofrece una combinación increíble entre sabores intentos y suaves, además de una textura realmente única.

Si te gusta el pulpo, no cabe duda de que éste es tu plato.