¿Has notado alguna vez que el universo te arrastra contínuamente a un lugar, o que hay algo, no sabes qué, que te conecta con un país o ciudad en especial? Eso me ha pasado a mí con Polonia. Desde que empecé a viajar Polonia siempre estuvo allí, llamándome. Tanto, que ‘el universo’ hizo que pasara unos años viviendo en su capital, Varsovia, y pasar allí algunos de los mejores momentos de mi vida. ¡Hasta mi pareja es de allí!

Varsovia no deja indiferente a nadie. Si eres de l@s nómadas a l@s que les gusta la buena comida, la historia a pie de calle, la arquitectura soviética, una buena cerveza o todas estas cosas juntas, Varsovia es la ciudad que tienes que visitar este año. Acompáñame en este artículo y te contaré de primera mano las principales atracciones para visitar en esta capital post-soviética para una escapada de unos pocos días.

Perderse por Stare Miasto

El casco antiguo de Varsovia es un entramado de callejuelas que nos ayudarán a imaginar el pasado con sus adoquines, paredes con pinturas y tejados rojizos. Es bueno saber que el Stare Miasto de Varsovia fue reconstruido después de la Segunda Guerra Mundial gracias a las pinturas del artista italiano Bernardo Belotto. Cada puerta o fachada tiene su encanto. Allí también podréis ver a la Sirena, protectora de Varsovia, en la plaza mayor -llamada Rynek– y pasear hasta la puerta Barbacana y sus murallas medievales. ¡Pensaréis que os encontráis en un cuento de damiselas y caballeros!

Comer pierogi y zapiekanka

Estos dos platos típicos son, respectivamente, pequeñas empanadas de carne, queso o verduras, y un bocadillo/pizza con lo que quieras: champiñones, salami, queso… Sé lo que estás pensando: la comida polaca es contundente, y sí, no reparan en gastos a la hora de comer, es una parte importantísima de su vida. Para los días más fríos te recomiendo las sopas rosół (‘rosu’ en nuestra pronunciación) y żurek (‘yurek’). Smacznego!

Subir a lo alto del Palacio de Cultura y Ciencia

Este imponente rascacielos soviético de 230 metros de altura fue un ‘regalo’ de Stalin durante los años de ocupación rusa en Polonia, y no por casualidad es una réplica de la Universidad Estatal de Moscú. Por unos 20 eslotis (4 euros) podremos subir hasta el último piso desde donde veremos la ciudad de Varsovia entera y más allá. Hasta hace muy poco era el edificio más alto de Polonia. Al terminar podemos codearnos con la escena más chic de Varsovia en alguno de los bares a los pies del Palacio, como el bar Studio o el Kulturalna.

Pasear junto al río Vístula

El río Vístula (Wisła) es el más largo de Polonia, cruza el país entero. A su paso por Varsovia se ha construido un moderno bulevar donde poder pasear comiendo un helado, montar en bici o salir de fiesta cuando cae la noche. Recomiendo cruzar el puente Poniatowskiego para admirar el Estadio Nacional y el skyline de Varsovia sobre el reflejo del río y bajar a la playa con una buena cerveza polaca. El río es sin duda el lugar escogido por jóvenes -y no tan jóvenes- para encontrarse después del trabajo en un día soleado. ¡Aprovechadlo!

Descubrir Praga, el barrio más auténtico

A la orilla este del Vístula encontramos Praga, un barrio muy antiguo que no sufrió la destrucción nazi y por eso conserva parte del encanto de antaño: edificios de ladrillo ocre y tranvías antiguos contribuyen a la foto perfecta de nuestro viaje a Varsovia. Praga ha despertado los últimos años como centro cultural de la ciudad, impulsado por una gentrificación reciente, que alberga atracciones como el complejo de bares y heladerías Koneser, en una antigua fábrica de vodka, o la calle Ząbkowska, centro ‘hipster’ de Praga Norte. Como curiosidad también encontraremos la iglesia ortodoxa de Santa María Magdalena, que reconoceremos por su estilo ‘ruso’.

Andar por las calles Nowy Świat y Krakowskie Przedmieście

Estas dos calles conectadas son las vías principales que nos llevaran paseando desde el centro de Varsovia hasta el casco antiguo. Ambas peatonales los fines de semana, están repletas de pequeñas piekarniay cukiernia, pastelerías de toda la vida, en las que sentarnos a observar la vida con un buen café y un delicioso pączek (‘ponchek’). Las iglesias con las que nos toparemos son obras de arte barroco y neoclasicismo europeo en sí mismas, que nos ayudarán a hacernos una idea de cómo era toda Varsovia antes de las ocupaciones alemanas y rusas. Al final de nuestro recorrido llegaremos a la plaza del castillo, llamada Plac Zamkowy, que es sin duda uno de los lugares más bonitos de Varsovia y puerta de entrada a la parte vieja. ¡Apuesto a que no podrás irte de allí sin una buena foto!

Visitar el Parque Real Łazienki

Un poco al sur, una gran extensión de bosque y pequeños lagos aparece en forma de parque público para regocijo de residentes y turistas: es el llamado parque Łazienki Królewskie (‘uayenqui’). Ve con tiempo, pues es tan grande que se hace difícil verlo todo con prisas. Lo mejor es perderse paseando entre juguetonas ardillas y pavos reales, pero para ir al grano, los lugares más importantes son el Palacio en la Isla -literalmente-, el observatorio astronómico, y el Jardín Chino, de estilo tradicional oriental. Los domingos, si la resaca os lo permite, se llevan a cabo conciertos gratuitos al aire libre del compositor más aclamado de Varsovia: Frédéric Chopin. Néctar para los oídos.

Conocer la historia del Levantamiento de Varsovia

Una de las grandes hazañas de l@s varsovian@s fue la resistencia única en Europa contra los nazis. Los hombres y mujeres que quedaban en la ciudad se echaron a las calles en forma de guerrillas y causaron estragos al ejército alemán, no sin saber que iban a una muerte segura por la libertad de su pueblo. Hitler, como represalia, arrasó la ciudad hasta sus cimientos. Para aprender sobre ello es una buena idea pasar la mañana en el Museo del Levantamiento de Varsovia, en el barrio de Wola. Para saber aún más, recomiendo la lectura Story of a Secret State del ex-espía y diplomático polaco Jan Karski.

¿Y tú, has estado alguna vez en Varsovia? ¿Qué otros lugares de la capital polaca nos recomendarías?