OTRAS JOYAS ESCONDIDAS DE TERUEL Y SU PROVINCIA

OTRAS JOYAS ESCONDIDAS DE TERUEL Y SU PROVINCIA

Seguimos descubriendo Teruel y su provincia y, continuando el artículo de mi compañero nómada, nos adentraremos a conocer más de estos rincones con encanto que nos brinda la provincia turolense. 

Valderrobres 

El río homónimo de la comarca del Matarraña nos conduce tranquilamente hasta el pueblo de Valderrobres, no sin antes pasar por los cuatro grandes arcos de su Puente de Piedra hasta su Portal de San Roque. Como un espejo sobre sus aguas, Valderrobres y su castillo -Monumento Nacional del siglo XIV- nos dan la bienvenida para que descubramos por nosotros mismos este precioso pueblecito de Teruel.

El corazón de Valderrobres se encuentra en la Plaza de España, una humilde plazuela que alberga joyas arquitectónicas como el Ayuntamiento, un bello ejemplo del Renacimiento Aragonés. En las afueras del pueblo, encontraréis maravillosas piscinas naturales donde echar un buen chapuzón como el Salto de la Portellada, con cascada incluida.

Pinares de Rodeno 

Este Paisaje Protegido nos ofrece más de 7000 hectáreas de pino de rodeno y resineros principalmente. La arenisca roja del lugar encierra rincones que son casa del búho real, halcones, ciervos y corzos, entre muchos otros. 

Su situación de altura -de 1000m a 1600m- y su estado de protección, otorgan a los Pinares de Rodeno una belleza y calidad difícil de conseguir hoy en día. En sus laderas gozaremos de varios senderos, ‘abrigos’, miradores, y hasta cuevas con pinturas rupestres datadas de hace 12.000 años. Sin duda una más que justificada excursión desde Albarracín.

Alcañiz

Otra parada obligatoria en la provincia de Teruel es el pueblo de Alcañiz. La capital del Bajo Aragón nos obliga a pasear por sus calles al atardecer para sentirnos ni más ni menos que como en la Edad Media tardía, pues la que antaño fue un fuerte clave de la zona, tuvo que ser reconquistada dos veces hasta ser añadida a la Corona de Aragón. Después, la fortaleza de Alcañiz fue cedida a la Orden de Calatrava, y más tarde reconvertida en Parador.

Algo muy interesante de Alcañiz es su subsuelo. Bajo sus adoquines se oculta una inmensa red de túneles, cámaras y galerías que han sido usadas para varios propósitos en los últimos siglos. Una de las atracciones más interesantes es la ‘nevería’, una especie de nevera a la antigua.

Calaceite

Este es uno de mis pueblecitos favoritos de Teruel. El modesto Calaceite se encuentra también en la comarca del Matarraña y no requiere mucho tiempo para visitarlo, ya que con poco más de 900 habitantes se puede ver con un tranquilo paseo por sus callecitas.

Muy cerca del núcleo urbano de Calaceite podremos visitar varios poblados íberos que nos transportarán atrás en el tiempo, aunque si no nos apetece salir del pueblo, podremos simplemente tomar un café en la plaza del pueblo y pasear por sus pórticos, que son de lo más fotogénicos.

Parrizal de Beceite

Volvemos al Matarraña para descubrir uno de los parajes más bonitos de Teruel: el Parrizal de Beceite. Si habéis leído el artículo sobre los Parques Naturales de Cataluña el nombre de ‘Beceite’ o ‘Beseit’ os sonará, ya que este rinconcito de Teruel se encuentra en la misma sierra que el Parc Natural dels Ports de Beseit, pero en el lado aragonés. 

El Parrizal de Beceite (foto de portada) es un pequeño pero impresionante desfiladero donde el río Matarraña fluye entre paredes verticales y esculpe un zig-zag de barrancos a su paso. En algunos tramos la excursión dispone aún de los antiguos senderos -y túneles- que ponen en evidencia el pasado minero de la zona, pero lo más interesante son las pasarelas de madera que con mucho cuidado han sido agarradas a la pared, para que podamos reseguir el cañón a pie prácticamente sobre el agua del río. ¡Todo un parque de atracciones para los más pequeños!

Rubielos de Mora

Para terminar este compendio de lugares que visitar en la provincia turolense, nos acercaremos hasta Rubielos de Mora, otro hermoso pueblo de la comarca de Gúdar-Javalambre. Su atractivo le valió en 2016 el título del “pueblo más bonito de España”, así que merece la pena acercarse a verlo.

Artesanos de la piedra y la forja han puesto este pueblo en el mapa con gemas como la Casa Consistorial -de estilo renacentista-, su regio castillo o sus callejuelas empedradas por las que da gusto perderse y buscar pequeños detalles sólo al alcance del más observador. Todo su casco antiguo es una demostración sin par de la arquitectura monumental del histórico Maestrazgo.

¿Conocías Teruel? ¿Te animas a compartir con nosotros algún otro tesoro de la provincia?