LA INCREÍBLE HISTORIA DEL PRINCIPADO DE SEALAND
¡Hola nómadas!
Hoy os traigo una de esas historias que, aunque ciertas, son difíciles de creer. El apasionante relato del Principado de Sealand es una de aquellos que superan la ficción y sobre los que podría rodarse toda una serie de televisión. La plataforma en alta mar Roughs Tower era uno de los puestos de la línea Maunsell, a 13 km al este de la costa británica, un fuerte crucial para frenar el avance de las tropas nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Tras quince años abandonada, la torre fue ocupada en 1965 por dos radioaficionados que retransmitían radio pirata, un padre y su hija, ellos fueron sus primeros habitantes. La tranquilidad no duró mucho, pues dos años más tarde Paddy Roy Bates, otro radioaficionado, echó a los antiguos residentes y se instaló en la torre, declarando su independencia del Reino Unido y la creación del Principado de Sealand.
Un año más tarde tuvo lugar el primer encontronazo internacional, cuando un grupo de trabajadores británicos fue a inspeccionar una boya a los pies de la torre. El Príncipe Bates, al ver aquella lancha acercándose a su micronación y temiendo por su integridad, no dudó en disparar al aire para ahuyentar a quien quisiera usurparle su hegemonía sobre Sealand.
Tras aquel suceso Bates fue llamado a juicio por tenencia de armas de fuego, pero la jurisdicción del Reino Unido sólo llegaba a 6 kilómetros mar adentro. La plataforma Roughs Tower quedaba pues en aguas internacionales y, por eso, nunca fue juzgado. Esa fue su primera gran victoria, pero no tenía ni idea de lo que le esperaba.
La supremacía indiscutida de Roy Bates sobre Sealand duró hasta los setenta. Alexander Achenbach, un empresario alemán autoproclamado también soberano del lugar y que quería construir en ella un gran casino, había invitado a Bates y a su mujer, la Princesa Joan, a Austria para discutir la posible compra de Rough Tower. Bates dejó a su hijo Michael a cargo del principado, y con razón.
Cuál fue la sorpresa del hijo cuando vió a varias lanchas, motos acuáticas y helicópteros asaltar la plataforma y tomarlo como rehén: Achenbach había contratado a varios mercenarios para hacerse con Sealand, pero lo que no sabían es que Michael iba a defenderse con todo el arsenal militar que su padre había dejado.
Achenbach fue entonces capturado y retenido en Sealand hasta que se pagase el rescate, y aquí es donde se pone interesante. La embajada alemana en el Reino Unido mandó a un diplomático a Sealand para negociar la liberación de su ciudadano, cosa que Bates y algunos historiadores identifican como el reconocimiento de facto de Sealand como estado soberano por parte de otro estado soberano: Alemania.
En 2006 Sealand sufrió un incendio muy importante que afectó a la plataforma. La Royal Air Force tuvo que evacuar a Bates y a su familia, que fueron llevados a un hospital en la costa.
Hoy día, sin embargo, Sealand sigue existiendo, pero el Reino Unido ha ampliado su control en alta mar de 6 a 22 kilómetros, por lo que actualmente Sealand ya no se encuentra en aguas internacionales.
En las últimas dos décadas se han puesto sobre la mesa propuestas más ‘alegales’ para el futuro de Sealand, como la posibilidad de ser un puerto seguro para criptomonedas como BitCoin o PirateBay, la plataforma de descargas en internet ha mostrado su interés en Sealand tras haber sido expulsada de varios países. ¿Echabas de menos la huella española en esta historia? Tienes que saber que la empresa InmoNaranja -una inmobiliaria con sede en Motril especializada en comprar islas- ofertó 750M€ para comprar la torre. No tuvo éxito y ahora está en bancarrota.
La muerte de Roy Bates en 2012 marcó un antes y un después en la historia de esta micronación. Su hijo, Michael, fue ‘coronado’ Príncipe de Sealand y lo es hasta el día de hoy. En su página web, traducida al español, pueden comprarse pasaportes, sellos y títulos de Duque, Conde o Señor de Sealand.
¿No tienes suficiente con tu jardín? Puedes hacerte con una parte del territorio del principado por un módico precio, con título y todo.
Nómada incansable, amante de las mochilas de más de 40 litros. Geek de la geopolítica, las relaciones humanas y otros territorios en conflicto. Apasionado cuentacuentos, razón aquí.