DESCUBRIENDO PRISTINA, LA JOYA DE KOSOVO

DESCUBRIENDO PRISTINA, LA JOYA DE KOSOVO

A veces, la fama de tiempos pasados precede a una persona o a un lugar tanto que eclipsa el verdadero tesoro que esta esconde. Algo parecido le pasa a Kosovo, una tierra de una hospitalidad sin par y una belleza tan auténtica que deja sin palabras a los nómadas que la visitan. Para mí personalmente es una de las gemas de los Balcanes.

Pero antes de empezar, un poco de historia. Kosovo i Metohija era tradicionalmente una región de Serbia ahora parcialmente reconocida por varios países como un estado soberano desde 2008, tras unos conflictos que, no nos vamos a engañar, sucedieron y que los que ya tenemos una edad aún recordamos como una de las primeras guerras en televisarse en directo. Hoy en día, lejos de aquellas imágenes, Kosovo nos da la bienvenida con los brazos abiertos.

Llegar a Pristina no tiene ningún tipo de problema siempre que no sea desde Serbia, que no lo reconoce como propio. Sin ir más lejos, yo llegué en avión desde Barcelona y sin mostrar más que mi DNI. Pristina es una ciudad vibrante llena de gente, miradas misteriosas y algún que otro turista, un chapuzón en la historia viva de una región que ha visto demasiado, y que está cerrando las heridas dando la bienvenida a quien quiera descubrir la magia de Kosovo, ¿te atreves?

· La Catedral de la Santa Madre Teresa

Esta catedral con su impresionate torre preside la avenida principal de Pristina, y no fue edificada hasta bien entrado el siglo XXI, en 2007. Es el guiño del pueblo musulmán kosovar a la comunidad cristiana, con la que convive perfectamente, con la construcción de la primera iglesia católica de Kosovo. La madre Teresa murió en Calcuta, es cierto, pero de lo que no se habla suficiente es que nació en la que hoy es Skopje, la capital de Macedonia (o Macedonia del Norte, como ha sido recién renombrada) y pasó mucho tiempo por aquí. Os recomiendo pagar el simbólico precio del ascensor que os llevará a lo más alto de la torre para lograr tener una mejor idea de Pristina a vista de pájaro.

· Xhamia e Mbretit

Este es el nombre albanés (sí, en Kosovo hablan albanés además de serbio) con el que se conoce a la Mezquita de la Fe, la principal mezquita de Pristina. No te imagines la Mezquita Azul de Estambul, es tan solo un humilde templo donde el colectivo musulmán de Kosovo -la gran mayoría- va a rezar. Es muy céntrica, por lo que no tendrás que desviarte mucho para verla.

· Bazar de Pristina

Cuando fui a Kosovo encontré una habitación en un hotel junto al mercado y pensé que quizás no sería muy seguro, pero eso fue antes de conocer un poco más Pristina, sus gentes y lo amables que pueden llegar a ser. La luz del ocaso bañando los toldos del mercado, los vecinos de Pristina yendo y viniendo al son del imán llamando a la oración… te aseguro que es algo para vivir. ¡Recuerda regatear un poco siempre respetando a los lugareños!

· Museo Etnográfico

Aunque no seas mucho de museos, si no dispones de mucho tiempo, una buenísima forma de hacerse una idea de la historia de un lugar es visitar su museo etnográfico. Con más razón en una zona tan culturalmente interesante y delicada como esta, donde la palabra ‘etnia’ ha abierto más de una caja de Pandora. En su visita guiada aprenderemos sobre la historia, tradiciones y la cultura que hace de Kosovo un lugar tan y tan especial.

· Estatua de Bill Clinton

En el centro de Pristina hay una estatua de 3 metros del expresidente norteamericano Bill Clinton, en la avenida del mismo nombre, y muy cerca de la calle George Bush (escrito como Xhorxh Bush). Y no, no es una broma. Los kosovares quisieron agradecer al mandatario su ayuda durante los tiempos de Yugoslavia y el reconocimiento de Kosovo como un estado soberano por parte de Estados Unidos. Mejor no te cuento cómo de grande es la estatua de Donald Trump junto a una mezquita en Prizren, la segunda ciudad de Kosovo.

· Parque Germia (Parku i Gërmisë)

Como acabamos de decir, ‘donde fueres haz lo que vieres’. Si quieres ver donde pasan las tardes los mismos habitantes de esta pequeña gran ciudad que es Pristina, pide un taxi –mejor siempre pactando precios con antelación– y acércate al parque Germia, donde tú y los tuyos podréis pegaros un buen chapuzón en su lago artificial si el calor de los Balcanes aprieta.

· Monumento Newborn

Como ya estarás imaginando, la mayoría de kosovares jóvenes hablan un inglés muy decente. Esto se debe a la intensa -y antisoviética- labor que EEUU ha llevado a cabo desde el reconocimiento de Kosovo. Es completamente normal andar por Pristina y ver escuelas internacionales, agencias de viajes solo con ofertas a Estados Unidos y turistas pagando directamente en dólares en las tiendas. El monumento Newborn es un grito de gratitud a quien hizo posible la -disputada- independencia de Kosovo. Es un monumento interesante porque siempre cambia, cada vez que visites Pristina sus letras habrán cambiado de textura, color o posición. ¿Qué crees que significa?

· La Biblioteca Nacional de Kosovo

Si eres fan de la arquitectura bizantina, el brutalismo soviético y lo surrealista en general, no puedes irte de Pristina sin visitar la Biblioteca Nacional (foto de portada). Un edificio de lo más irónico del que no podrás apartar la vista, en el que se intentaron mezclar los estilos arquitectónicos bizantinos e islámicos en este conglomerado de cúpulas, metal y ventanas negras. El gobierno de Serbia, sin embargo, vio en estas cúpulas una provocación por parecerse demasiado al qeleshe, el gorro tradicional albanés. ¿Transgresor? ¿Feo? ¿Interesante? Tú tienes la última palabra.

¿A qué esperas para descubrirla?