Viajar durante el ramadán: ¿buena idea?

Viajar durante el ramadán: ¿buena idea?

Si has leído alguno de mis artículos sabrás que uno de mis destinos favoritos son los países árabes, y no solo por la aventura de lo exótico, sino también para romper estereotipos y poder vivir lo que muchos solo cuentan (la definición de viajar, vaya). El siguiente paso de visitar un país de mayoría musulmana es el de ir allí durante su mes más sagrado, el ramadán. Depende de adónde vayas, con qué mentalidad y con qué información, puede ser una experiencia horrible o la más reveladora de tus vivencias, por eso te animamos a leer este artículo donde te contamos los beneficios y los inconveniente de viajar a países árabes durante el ramadán: después de este post sabrás si es para ti o no.

Experiencia cultural única   

Una de las ventajas más significativas de viajar a países árabes durante el ramadán es la oportunidad de sumergirse en una experiencia cultural única y profundamente enriquecedora, y créeme, es difícil de olvidar. Durante este mes sagrado los aspectos espirituales y culturales de la vida cotidiana se intensifican y los visitantes pueden presenciar de cerca las prácticas religiosas, como las oraciones diarias y la ruptura del ayuno al atardecer, además, se celebran eventos culturales y festivales especiales que muestran la riqueza de la herencia islámica. Esta inmersión cultural brinda a los viajeros una comprensión más profunda de las costumbres, tradiciones y valores de la comunidad local, lo que enriquece enormemente su experiencia de viaje y fomenta la tolerancia cultural.

Ambiente festivo

A lo largo del ramadán los países árabes se transforman en escenarios festivos llenos de luces parpadeantes y decoraciones espectaculares, en este sentido se podría comparar con la Navidad en Occidente. Las calles se iluminan con una atmósfera especial que evoca un sentido de comunidad y celebración, los mercados nocturnos o zocos cobran vida con puestos de comida, artesanías y actividades culturales. Podrás participar en las festividades locales y presenciar una parte única de la cultura árabe que es verdaderamente inolvidable: tu viaje durante el ramadán sea aún más memorable y enriquecedor.

Comida especial

Durante el iftar, la comida con la que se rompe el ayuno al atardecer, se sirven platos tradicionales del ramadán en los mercados y restaurantes locales. Estos platos son auténticos, enormes y llenos de sabores únicos que reflejan la rica tradición culinaria de la región. Los nómadas que visiten alguno de estos países durante el ramadán tendrán la posibilidad de degustar delicias como baklava, samosas, cuscús y otros manjares. Esta experiencia culinaria excepcional permite a los visitantes explorar y saborear la auténtica cultura alimentaria árabe y añade un componente delicioso a su viaje durante este mes sagrado.

Horarios flexibles 

Viajar a países árabes durante el ramadán presenta la ventaja de experimentar horarios flexibles en tiendas y atracciones turísticas: los comercios y lugares de interés suelen extender sus horarios por la noche, brindando una atmósfera vibrante y única. Esta adaptabilidad es especialmente beneficiosa para los turistas ya que permite una mayor comodidad y facilidad para explorar, aunque el ayuno diurno significa que muchas actividades se concentran después del atardecer, la flexibilidad horaria compensa este aspecto. Esta adaptación a los horarios del ramadán ofrece una oportunidad para disfrutar de la vida nocturna local de una manera diferente, sumergiéndote en una experiencia cultural auténtica y enriquecedora.

Ayuno durante todo el día

Aun así, no todo son rosas. El ayuno diurno durante el ramadán representa un desafío significativo para los viajeros en países árabes ya que desde el amanecer hasta el atardecer, los musulmanes se abstienen de comer y beber, lo que impacta directamente en la disponibilidad de servicios alimentarios y la atmósfera general. Para los turistas, esto significa encontrar una cantidad limitada de restaurantes y tiendas abiertas durante el día, lo que puede complicar la planificación de comidas y actividades, además, y esto es realmente importante, en la mayoría de países árabes se espera que los visitantes respeten la misma tradición, evitando comer o beber en público, lo cual puede ser un reto especialmente en climas cálidos. Si tienes que comer o beber, no lo hagas delante de quien está ayunando. Sin embargo, este aspecto del ramadán también ofrece una oportunidad única para comprender y experimentar de cerca la disciplina y el compromiso espiritual que caracteriza este mes sagrado para los musulmanes.

Horarios de trabajo reducidos

Un aspecto complicado de viajar a países árabes durante el ramadán es la reducción de los horarios de trabajo en oficinas gubernamentales, empresas, servicios públicos y establecimientos en general: durante este mes sagrado, muchas organizaciones y entidades ajustan sus horarios para acomodarse al ayuno y las prácticas espirituales de sus empleados, es decir, para ponérselo más fácil: simplemente los servicios pueden estar disponibles por menos horas. Aunque esto puede ser visto como un inconveniente, también refleja la profunda integración de las creencias religiosas en la vida cotidiana en estos países, brindando a los visitantes una visión única de la importancia cultural y espiritual del ramadán en la sociedad.

Entretenimiento limitado

Durante el ramadán, un inconveniente notable para los viajeros en países árabes es la limitación en las opciones de entretenimiento y vida nocturna como la conocemos en Occidente. Muchas actividades de ocio, como eventos musicales, espectáculos y fiestas, pueden estar restringidas o directamente suspendidas, en respeto a la naturaleza espiritual y reflexiva del período. Esta reducción en el entretenimiento puede afectar especialmente a aquellos turistas que buscan una experiencia de viaje más dinámica y llena de actividades nocturnas: si esa era tu idea, el ramadán no es la mejor época para aquella escapada a Marrakech con las amigas. Pero todo tiene su lado bueno, el ambiente más tranquilo y contemplativo puede ofrecer a los visitantes un espacio para una inmersión más profunda en la cultura local y una oportunidad para la reflexión personal.

Dicho todo esto, hay que entender que existen burbujas en las que el ramadán es más laico y prácticamente desapercibido para los turistas, como por ejemplo Dubai.

Con todo lo que sabes ahora, ¿te animas a viajar a un país árabe durante el ramadán?