¿Por qué bostezamos cuando vemos a otros bostezar?

¿Por qué bostezamos cuando vemos a otros bostezar?

Es muy normal que cuando estamos cansados, tenemos sueño, nos desperezamos o experimentamos aburrimiento tendamos a bostezar. Todos en algún momento del día bostezamos en mayor o menor medida, un gesto natural, incluso los animales vertebrados lo hacen. 

Aunque las causas exactas siguen siendo un misterio, algunos científicos creen que bostezamos para mantener la “cabeza fría”, es decir, para refrigerar el cerebro y permitirle mantenerse alerta y con un funcionamiento óptimo.

Pero si vamos más allá aún, no solo bostezamos por algunas de las causas mencionadas en el primer párrafo, curiosamente suele ocurrir que también lo hacemos cuando vemos a alguien bostezar.  ¿A quién no le ha pasado que estando con alguien que bosteza, a continuación, también lo imita?

Como hemos dicho antes, se desconocen aún las causas exactas del bostezo, pero hay científicos que se han aventurado a darnos algunas hipótesis sobre este curioso “efecto espejo” al ver a otros bostezar.

Empatía y cercanía con la persona que bosteza

Algunos hallazgos y estudios han determinado que solemos bostezar más cuando vemos a nuestros seres queridos hacerlo. Es decir, habría una relación directa entre “contagio” y empatía.  Es más fácil que un bostezo se contagie si el que lo inicia es una pariente o un amigo a que ocurra cuando lo hace un desconocido.

Parece ser que sería una especie de acto de solidaridad con los demás, en otras palabras, de nuestra empatía y capacidad para comprender y entender los estados que experimentan los otros. Esto puede explicar también que este efecto contagio no se observe en niños menores de cuatro años, y que, por tanto, este fenómeno está ligado a la sociabilidad.

También podría derivarse de todo esto que las personas más empáticas son las que más más probabilidades tienen de contagiarse al ver al otro bostezar.

Del mismo modo se ha observado que cuanto más intentemos “esquivar” este bostezo, más ganas tendremos de realizarlo. Podremos intentar reprimirlo y cambiar la forma de hacerlo (con la boca cerrada, por ejemplo) pero no podremos evitar la propensión a hacerlo.

Reírse cuando los demás se ríen.
La risa también es contagiosa

Neuronas espejo

Son llamadas así aquellas que se activan cuando una persona o animal realiza la misma actividad que está observando ejecutar en otro. Serían estas neuronas las que se activarían cuando vemos a alguien bostezar.

Estas neuronas también están presentes en otras actividades que hacemos por imitación, como por ejemplo cuando nos reímos porque vemos a otro reírse, o susurramos si notamos que todo el mundo habla bajito o que nos entren ganas de llorar si vemos a alguien de nuestro entorno hacerlo.

Las neuronas espejo son, por tanto, las que estarían detrás de la empatía y de ahí que se refuerce, en cierto modo, la idea de que “el bostezar cuando vemos a otra persona hacerlo” pueda estar relacionado con nuestra capacidad de ser empáticos. 

No obstante, es un área en el que aún se sigue investigando, por lo que son muchas las incógnitas que aún quedan por despejar en torno a estos comportamientos.

Estaremos expectantes a nuevos hallazgos…