6 PUEBLOS COLGANTES DE ESPAÑA

6 PUEBLOS COLGANTES DE ESPAÑA

España no tiene nada que envidiar a otros países en cuanto a geografía se refiere. Es por eso que ahora que muchos preferiréis redescubrir parajes más o menos cercanos, os presentamos una selección de los pueblos más impresionantes del país. Aquellos construidos piedra a piedra a lo alto de acantilados, en salientes de roca o en cañones imposibles. Agarraos bien y no miréis abajo, porque aquí empieza la lista de los pueblos colgantes más inverosímiles de España. ¡No apto para gente con vértigo!

1- Ronda (Málaga)

El primer párrafo de esta entrada es, como entenderéis, para esta majestuosa ciudad andaluza que parece sacada de un capítulo de Juego de Tronos. Situado sobre el desfiladero del Tajo de Ronda, su Puente Nuevo aparece de la nada hacia las alturas -150 metros, nada menos- para confirmar lo que Ronda una vez fue: la perfecta fortificación. Sólo pensar que esta maravilla de la ingeniería se construyó en el siglo XVIII ya le da un mérito notable. Su casco antiguo también merece mención: es Bien de Interés Cultural. Por cierto, la famosa foto es desde el Mirador la Hoya del Tajo… ¡de nada!

2- Casas Colgadas (Cuenca)

En realidad este post fue inspirado por mi amiga conquense que nunca se cansa de repetir que no son casas colgantes sino colgadas. ¡Maldita sea! pero no solo por eso Cuenca merece estas líneas: las Casas Colgadas, la muralla y su catedral gótica sitúan a Cuenca en la lista de Ciudades Patrimonio de la Humanidad y en el mundo. Hubo más, pero de las 8 casas ‘voladas’ que aguantaron en pie hasta 1920 sólo se conservan 3 y datan de los siglos XIII al XV. Merece la pena pasar por los Rascacielos de San Martín, menos conocidos pero también espectaculares, si no más.

Pueblos y ciudades colgantes - Cuenca
Cuenca

3- Siurana (Tarragona)

Para mí uno de los lugares más bonitos de Cataluña. ¡No todos los pueblos ‘colgantes’ se levantan sobre un lago! No podemos irnos sin acercarnos al acantilado (con cuidado) a admirar las vistas del pantano, del Priorat y la Serra del Montsant; tierra de vinos, mitos y paisajes fantásticos. De vuelta al parking podemos cruzar el pueblo por detrás de la iglesia y buscar la huella de la herradura que, según cuenta la leyenda, dejó el caballo de la Reina Mora justo antes de saltar a una muerte segura; pues ésta decidió tirarse al abismo antes que ser capturada por las tropas cristianas.

4- Masca (Tenerife)

Tras un buen rato de serpenteante carretera de montaña encontramos escondido entre palmeras y roca el humilde pueblo de Masca. Parece que vaya a caer en cualquier momento a un lado o al otro del fino peñón en el que se halla. Es muy conocido entre nómadas como nosotros por su ruta; barranco abajo hasta una pequeña cala a los pies de los Gigantes. Aunque ahora está siendo adaptada para que podamos disfrutar mejor de este lugar sin igual. Se puede volver en barco y coger un taxi, y con suerte hasta veremos delfines. Si volvéis en coche por la tarde, id a ver la puesta de sol en el Mirador de Cherfe, ¡aunque haya niebla!

Pueblos colgantes - Masca
Masca

5- Castellfollit de la Roca (Girona)

A las puertas del Parque Natural de la Garrotxa, guardado por volcanes y bosques, divisamos a lo lejos el risco basáltico imponente sobre el que está suspendido Castellfollit de la Roca. Un pueblo muy pequeño pero con tanto encanto que os hará volver. Si nos acercamos a la pared vertical, de 50 metros de alto y casi 1 kilómetro de largo, podremos observar las traviesas líneas geométricas que la lava creó al formar la colina; ahora descubiertas y que los locales aprovecharon como fuente de recursos para una cantera de basalto -única en el país- durante casi un siglo.

6- Frías (Burgos)

Si hay un pueblo, o mejor dicho castillo, que penda literalmente al aire es el de Frías, en territorio burgalés. Sus casas con balcones de madera y la Parroquia de San Vicente Mártir se asoman peligrosamente al precipicio, sobre un peñasco de 150m de altura, mientras que el Castillo de Frías batalla por alzarse victorioso como lo hizo durante las guerras entre Castilla y Navarra allá por el siglo IX, que para eso fue construido: para durar. Os recomendamos un paseo sin prisas por sus callejuelas, admirando su tranquilidad y la de sus apenas 300 habitantes.

Los pueblecitos de España, colgantes o no, son sin duda un importante patrimonio del que debemos estar orgullosos. Por eso os invitamos a visitar estas pequeñas joyas de nuestro territorio cuanto antes. ¿Conocéis algún otro pueblo de este estilo? ¡Ayudadnos a ampliar la lista en los comentarios!