Cómo alquilar un coche y salir airoso

Cómo alquilar un coche y salir airoso

Tu agenda nómada se complica, tienes que alquilar un coche en otro país y, entre el trabajo, las preparaciones y las reservas, no tienes tiempo de aprender sobre cómo alquilar un vehículo en tu destino y salir airoso/a de ello.

Pues bien, con un puñado de viajes -y cero percances, por ahora- a mis espaldas, aquí te traigo todo lo que he aprendido alquilando coches por el mundo. Si no quieres sorpresas, te recomiendo que dediques unos minutillos a este artículo sobre las cosas más importantes que saber antes de alquilar un vehículo en otro país.

Pero lo primero es lo primero:

¿Necesitas alquilar un coche?

Puede sonar absurdo, pero no lo es: ¿de verdad hay que alquilar un coche? Hay destinos que, aunque no lo parezca, disponen de un transporte público mejor del que te imaginas y la realidad es que quizás no haga falta un coche para moverse. El alquiler puede ser caro y muchas veces las atracciones turísticas están a pie de calle o en lugares muy concurridos y, por tanto, accesibles con transporte público. Piénsatelo.

¿Dónde sí hay que alquilar un vehículo? Es aconsejable alquilar lejos de casa, donde no podemos llegar conduciendo: Asia, por ejemplo, y con esto incluyo motocicletas, tan vistas por esos lares. En islas como en las Azores es casi imprescindible. Allí normalmente el transporte público es escaso o inexistente, y su naturaleza hace que busquemos la libertad de parar donde queramos, conducir por donde sea bonito y, en fin, vayamos donde nos plazca.

Reservando, que es gerundio

Buscar un alquiler barato, fiable y de calidad no es fácil. Existen miles de buscadores, como los de vuelos, que hacen la búsqueda por ti en docenas de empresas a la vez. También tenemos la posibilidad de alquilar en el mismo aeropuerto o ciudad de destino in situ, pero nos arriesgamos a que no haya vehículos disponibles o su precio sea elevado. Normalmente recoger en los aeropuertos sale más barato que en la ciudad, ¡y mucho más cómodo si vuelas!

Mi consejo es que confiemos nuestra suerte a las marcas más conocidas -y con mejores opiniones- o a las empresas locales, que por algo lo son. Muchos de sus clientes son viajeros habituales -residentes, gente de negocios- con lo que las agencias locales hacen un buen dinero y tienen que devolver calidad regularmente.

Leyendo la letra pequeña

La mayor parte de problemas en el momento de recoger un coche reservado, es porque no tenemos la documentación o requisitos necesarios. El más importante, por supuesto, es el carné de conducir. Antes de reservar hay que averiguar si nuestra licencia es válida en el país de llegada, o si por el contrario necesitamos convalidarla por una licencia internacional, sobre todo fuera de Europa. Además, hay quien pide mínimo y máximo de edad para poder alquilar. No será por requisitos.

Otro de los dolores de cabeza con los que uno se encuentra alquilando coches es la fianza. Los requisitos son inflexibles: tarjeta de crédito, a nombre del conductor, con números en relieve, visa o mastercard, y con el dinero suficiente para la cantidad que bloquearán, claro está. Una vez tuve que llamar a mi banco desde el extranjero para que me subieran el límite de la tarjeta… no seas yo. Toquemos madera para que no nos pase nada, pero asegurarnos de qué tipo de seguro disponemos -y a qué número llamar en caso de accidente- siempre es buena idea.

Además, lee la letra pequeña en cuanto al retraso en la recogida del vehículo: muchas compañías dan un periodo de gracia de solamente 30 minutos. Eso significa que es muy probable que pierdas la reserva entera , si tu vuelo se retrasa una hora, y si tu hotel está lejos, tendrás no uno sino dos dolores de cabeza. La única solución es que, al poner la hora de recogida, permitas un margen de tiempo por si tu vuelo se retrasa.

Con las llaves en la mano

Antes de tocar el coche es más que recomendable hacer fotos o vídeo del vehículo y sus desperfectos previos, aunque la misma empresa ya suele hacerlo delante tuyo, para que luego no digas. El trato es fácil: devuélvenoslo como te lo hemos dejado. Aunque hay una excepción: la limpieza interior y exterior muchas veces la hacen ellos, ya que por norma general trabajan con una empresa que limpia a fondo el vehículo después de cada cliente. Tampoco seamos vagos y, si el coche está muy sucio de arena por ejemplo, no cuesta nada pasar por el lavadero, porque si está muy, muy sucio, quizás sí hay que pagar.

La regla para la gasolina, recientemente muy popular, es de lleno a lleno: te dan el tanque hasta arriba y tienes que devolverlo igual, acuérdate de localizar una gasolinera cerca del lugar de alquiler para el día de la devolución. Y perdona que te lo diga pero no es tan obvio como parece: asegúrate de qué tipo de gasolina carbura, ¡no le vayas a poner la de tu coche!

En la carretera

No hay mucho que decir aquí, aparte de que seas tan cuidadoso/a como lo eres con tu coche, ya que la seguridad de los ocupantes y de otros conductores depende de ello. Además, por un pequeño rasguño la empresa de alquiler puede cobrarte por la pintura entera, así que cuidadín aparcando cuando llegues a esa calita en mitad de la nada. También mucho cuidado con conducir por la izquierda (Escocia, Inglaterra, Malta), que no es tan fácil.

Personalmente, cuando cojo un coche que no es el mío y el suelo está mojado, con nieve o hielo, siempre hago una pequeña prueba de frenado en un lugar seguro -avisando a la copiloto, claro- para ver cómo se comportarían las ruedas en caso de emergencia. ¡Más vale prevenir que curar!

La hora de la verdad

El momento de devolver el coche es un poco como cuando pasamos el control de seguridad en el aeropuerto, sabemos que todo está bien pero nos seguimos poniendo nerviosos/as. Tranquilo/a, esta gente ya ha visto de todo, y te aseguro que lo tuyo no será lo peor. Llega con tiempo, siempre necesitan unos minutos para cerciorarse de que todo está bien y para devolverte la fianza

Lo normal es que devolvamos (drop off) el vehículo en el mismo sitio en el que lo alquilamos (pick up) -o por lo menos eso es lo más barato-, y si la transacción se lleva a cabo en las horas de apertura de oficina y sin altercados, no debemos esperar ningún cargo adicional, nada más que un cordial intercambio de comentarios y papeles, por supuesto fijándote en lo que firmas.

Ah, ¡y recuerda llevarte tus cosas del coche!