¿Las sopicremas más raras de la década?

¿Las sopicremas más raras de la década?

Hay algunas recetas que solo con escuchar el nombre o los ingredientes os dan ganas salir corriendo o, por lo menos, de consultar con la almohada antes de atreveros a prepararla ¿verdad que sí?  Incluso podéis preguntaros si algunos platillos realmente existen. Y es allí donde brillan las sopicremas más raras de la década, y sí, tengo que deciros que la sopa de lechuga es real y muy deliciosa.

¿Buscáis las sopicremas más raras de la década?

Muchas veces podéis encontrar recetas extrañas o extravagantes sin siquiera buscarlas, y muchas de estas son sopicremas. Por alguna razón, algunos platillos de este tipo incluyen los ingredientes o combinaciones más alucinantes.

Aunque, la sopa de lechuga fácilmente puede ganarse el puesto a una de las sopicremas más raras de la década, las siguientes son una competencia fuerte:

La sopicrema egusi:

Si bien el nombre pueda pareceros algo extraño, la palabra «egusi» tiene un origen africano. Y es utilizada para referirse a las semillas o pipas de determinadas cucurbitáceas (calabaza, calabacín, sandia).

Si miráis esta sopa, os llevaréis una sorpresa con su presentación. Y, aun cuando la receta es realmente con pipas de melón. Muchas variantes utilizan de calabaza o girasol, además de espinacas, seitán y algarroba.

Sopicremas más raras semillas melón
Semillas de melón

Tiet Cahn o sopa de sangre

Este platillo es originario de Vietnam y, como su nombre indica, su principal base es la sangre cruda (generalmente de pato). Alucinante, ¿no?

A esta se le incorpora caldo de pollo para asegurar que la sangre mantenga cierta coagulación y una presentación espesa. Los cacahuetes, el cilantro y otras hierbas también son parte de esta interesante receta. Sin duda, es de las sopicremas más raras de la década.

Menudo, cayos o sopa de mondongo

De acuerdo al país y la preparación esta sopa de estómago de vaca puede presentar diferentes nombres. Por ejemplo, sin duda conocéis los emblemáticos callos a la madrileña. En México se exhibe como una variante llamada menudo.

Lo cierto es que, aunque podéis pensar que este es un platillo de lo más común, su preparación y el simple hecho de incorporar panza da mucho que pensar. Sobre todo, por su excepcional sabor y textura que, para los menos versados, es de lo más extraño.

Una sopicrema que sorprende: la sopa de lechuga es real

Es muy fácil que asociéis a esta hortaliza con una deliciosa ensalada, o algún tipo de enrollado donde la misma sirva de soporte. Incluso los más osados o versados podéis conocer el interesante té de lechuga, pero, la sopa de lechuga es otro cuento.

Por ello, esta preparación (¡que sí existe!) merece un puesto dentro de las sopicremas más raras de la década y, claro, un apartado para ella sola.

En este sentido, la sopa de lechuga es una muestra de lo inventivo que podéis ser en la cocina, variando el menú con un resultado delicioso. De hecho, así como existen diferentes variedades de lechuga, también podéis encontraros con diferentes tipos de sopa según la misma.

Por ejemplo, la sopa de lechuga iceberg (esa que tiene forma de repollo y es bien crujiente) tiene esta variante como ingrediente principal. Al que se le suman consomé de pollo, mantequilla, y condimentos como la sal y la nuez moscada. Además, es necesario procesarla luego de una cocción de 40 minutos, para obtener una consistencia espesa propia de una sopicrema.

También podéis disfrutar preparando una sopa de lechuga y guisantes; caso en el que una lechuga romana podrá ser ideal, aunque sirve cualquiera. A esto se le suman la mantequilla, cebolla y ajo, así como guisantes, caldo de verduras y condimentos. Incluso puedes atreverte a complementar con queso azul.

Y vosotros, ¿ya habéis probado alguna sopa de lechuga? ¡Atrévete a preparar las sopicremas más raras de la década!

Por último, una recomendación. Si os gustan los temas gastronómicos «raros», podéis leer también este post sobre bebidas con alcohol más raras del mundo.